Una vez que una persona comienza el tratamiento contra el cáncer, un médico deberá verificar cómo responde. Si una persona logra una remisión parcial, un equipo de oncología tal vez deba realizar ajustes en el tratamiento para ayudar a lograr una remisión completa.

Después de la remisión completa, una persona deberá asistir a exámenes regulares, los cuales buscarán signos de que el cáncer está regresando, lo que podría indicar que se requiere un tratamiento adicional.

Los expertos afirman que en los primeros 2 a 3 años posteriores al tratamiento, una persona suele necesitar chequeos cada 3 a 4 meses. Después de eso, es posible que solo deban examinarse una o dos veces al año.

Tales visitas incluirán un examen físico, análisis de sangre y otras pruebas específicas del cáncer anterior del individuo.

Conoce más: Remisión del cáncer, lo que debes saber

Durante estas citas, la persona puede hablar sobre cualquier problema emocional o físico que experimente. También debe discutir cualquier síntoma nuevo o continuo. La presencia de síntomas no necesariamente significa que el cáncer haya regresado.

Una persona puede discutir lo siguiente con el médico:

  • El uso de nuevos medicamentos o suplementos
  • Cualquier preocupación física que pueda estar interfiriendo con la vida diaria
  • Cambios en el historial médico familiar
  • Síntomas de depresión o ansiedad

Asimismo, el tratamiento del cáncer puede causar efectos secundarios que aparecen meses o años después del tratamiento. Estos se conocen como efectos tardíos, y debido a que dichos efectos son específicos del tratamiento al que se ha sometido cada persona, un médico discutirá los efectos tardíos que se deben tomar en cuenta durante la atención de seguimiento.

Finalmente, la persona deberá informar al médico si aparecen efectos tardíos.

 

Fuente: Medical News Today