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La adolescencia es una etapa de la vida donde las cosas tienden a dificultarse, pues los jóvenes experimentan diversos cambios que pueden llegar a inquietarlos, provocando que recurran a desarrollar prácticas que amenacen su salud integral, como los trastornos alimenticios.

Se conocen como trastornos alimenticios a las alteraciones graves en las conductas relacionadas con la alimentación y el control de peso. Pueden implicar que una persona coma en exceso o, por el contrario, no coma lo suficiente como para mantenerse saludable.

Estos trastornos están asociados con una amplia variedad de consecuencias negativas mentales, físicas y sociales, por lo que deben abordarse como lo que son: un problema serio de salud.

¿Qué pueden hacer los padres para evitarlos?

Expertos en salud indican que, de detectarse a tiempo, estos trastornos pueden ser atendidos sin mayor problema, previniendo así posibles daños en el corazón, en los riñones e incluso la muerte, en los casos más graves.

La mejor forma de identificarlos a tiempo es prestando atención a los comportamientos de los hijos adolescentes.

Lamentablemente, en la mayoría de los casos, los padres tienden a estar menos pendientes de los cambios de conducta en sus hijos adolescentes, a quienes no siempre suelen prestar la misma atención que a los niños, lamentó Yazmín Ramírez Martínez, coordinadora del Programa de Psicología de la Universidad del Valle de México (UVM) campus Chapultepec.

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De acuerdo con la especialista, algunos de los signos que podrían alertar a los padres sobre posibles trastornos alimenticios en sus hijos adolescentes incluyen:

-Cambios abruptos de conducta.

-Repentinamente dejar de comer.

-Cambio en su semblante.

-Bajar de peso.

-Modificaciones en su tiempo de sueño.

-Problemas en su rendimiento general (es menos activo, tiene bajas calificaciones, entre otras).

Ante la presencia de varios de estos signos de alerta, los padres deben llevar de inmediato a consulta médica a sus hijos, para que un especialista de la salud revise si el joven tiene daños orgánicos y también se explore la parte emocional.

Según datos de la Secretaría de Salud, en México cada año se registran aproximadamente 20 mil casos de anorexia y bulimia, siendo la población de entre 15 y 19 años de edad la más afectada.

 

Vía: Notimex, Instituto Nacional de la Salud Mental (NIH)