Los términos “terapia familiar” y “consejería familiar” generalmente son intercambiables. Ambos a menudo involucran hablar para ayudar a las personas y familias a superar conflictos, barreras o problemas de salud mental.

No obstante, un terapeuta puede tener credenciales distintas a las de un consejero. Por lo general, un consejero solo requiere una licenciatura y puede brindar apoyo general a un cliente. Un terapeuta requiere una maestría y una licencia para ejercer.

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Los consejeros suelen trabajar con personas que tienen trastornos por consumo de sustancias, por ejemplo. En la mayoría de los casos, un médico que realiza consejería familiar será un terapeuta.

Por lo anterior, preguntar es la mejor manera de saber qué tipo de servicios brinda un profesional de la salud mental familiar y sus calificaciones. Durante un encuentro y saludo, las familias pueden preguntar sobre el asesoramiento específico o el enfoque psicológico que van a abordar.

Los terapeutas y consejeros también deben brindar información sobre su educación y licencia para ejercer.

 

Fuente: Medical News Today