De acuerdo con la Academia Estadounidense de Pediatría, es importante que te comuniques con el/la pediatra de tu hijo(a) si recibe una mordedura de animal que le rompa la piel, sin importar cuán leve parezca la lesión. El médico deberá comprobar si tu niño(a) ha sido vacunado adecuadamente contra el tétanos o si requiere de protección contra la rabia. Ambas enfermedades pueden transmitirse mediante mordeduras de animales.

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Como cualquier otra herida, una mordedura puede infectarse, por lo que debes llamar al pediatra de tu hijo(a) de inmediato si observas alguno de los siguientes signos de infección:

  • Pus o drenaje proveniente de la mordedura.
  • El área que se formó inmediatamente alrededor de la mordedura se hincha y se vuelve sensible (normalmente lucirá roja durante dos o tres días, pero esto en sí mismo no es motivo de alarma).
  • Rayas rojas que parecen extenderse desde la mordedura.
  • Glándulas inflamadas por encima de la mordedura.

Tu pediatra puede recomendar terapia con antibióticos para tu niño(a) si tiene:

  • Heridas por mordeduras moderadas o severas.
  • Heridas punzantes, especialmente si se ha penetrado el hueso, el tendón o la articulación.
  • Mordeduras faciales.
  • Mordeduras de manos y pies.
  • Mordeduras en el área genital.

RECUERDA: El pediatra de tu menor puede recomendar una visita de seguimiento para inspeccionar cualquier herida en busca de signos de infección dentro de las 48 horas posteriores a la mordedura.

 

Fuente: American Academy of Pediatrics