Si has hecho una buena inversión en tus zapatos deportivos, sin duda quieres que tu dinero valga la pena. Sin embargo, es importante reemplazarlos cuando veas signos específicos de desgaste, pues hacerlo te ayudará a prevenir lesiones y te permitirá hacer ejercicio con el máximo rendimiento.

De acuerdo con la Academia Americana de Medicina Deportiva Podiátrica, existen cuatro componentes principales del calzado que pueden romperse o desgastarse. Cuando ocurre cualquiera de los siguientes signos de desgaste, es hora de reemplazar tus zapatos:

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  1. La suela exterior dura y resistente en la parte inferior del zapato se ha desgastado hasta la entresuela, o se desgasta más en un lado que del otro.
  2. La entresuela, la capa entre la suela exterior y la parte superior, se ha desgastado y ya no brinda amortiguación y estabilidad. Es posible que observes arrugas o desniveles cuando mires esta área al nivel de tus ojos en una superficie plana.
  3. El contrafuerte o contenedor del talón, una pieza de material rígido en la parte posterior del zapato sobre la suela intermedia, se siente flexible cuando se presiona de lado a lado o se inclina hacia un lado. Esto significa que probablemente no aportará un soporte esencial para el pie y el tobillo.
  4. Encuentras signos de desgaste a lo largo del enfranque, que es el área entre la parte delantera de la suela y el talón. Revísalo y también échale un ojo a todas las partes de tus zapatos después de cada entrenamiento.

Por sorprendente que parezca, los zapatos deportivos pueden deteriorarse simplemente por estar guardados en tu clóset. Algunos de los materiales que usualmente se usan para fabricarlos simplemente se secan en algunos entornos.

 

Vía: Health Day News