Una úlcera por presión es cualquier enrojecimiento o ruptura en la piel causada por demasiada presión sobre la misma durante un período de tiempo demasiado prolongado, así lo señala el Sistema de Medicina de Rehabilitación de la Universidad de Washington.

La presión evita que la sangre llegue a la piel, por lo que la piel muere. Normalmente, los nervios envían mensajes de dolor o sensación de incomodidad a tu cerebro para hacerte saber que necesitas cambiar de posición, pero el daño a tu médula espinal evita que estos mensajes lleguen a tu cerebro.

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Cómo reconocer y cuidar las úlceras por presión en etapa 1

Para reconocer este tipo de úlceras en su primera etapa, debes observar las siguientes características: la piel no está rota, pero está roja o descolorida. El enrojecimiento o cambio de color no desaparece dentro de los 30 minutos posteriores a la eliminación de la presión.

Para cuidarlas, realiza lo siguiente:

  • Mantén la presión fuera de la llaga.
  • Mantén una buena higiene. Lavar con agua y jabón suave, enjuagar bien, secar con cuidado (pero suavemente). No frotes vigorosamente directamente sobre la herida.
  • Evalúa tu dieta. ¿Estás obteniendo suficientes proteínas, calorías, vitaminas A y C, zinc y hierro? Todos estos nutrientes son necesarios para una piel sana.
  • Revisa el colchón, el cojín de tu silla de ruedas, cuando te muevan de un lugar a otro, las liberaciones de presión y las técnicas de giro para determinar la posible causa del problema.
  • Si la llaga parece ser causada por la fricción, a veces un vendaje protector transparente puede ayudar a proteger el área al permitir que la piel se deslice fácilmente.
  • Si la llaga no se cura en unos días o reaparece, consulta a tu proveedor de atención médica.

 

Fuente: University of Washington – Rehabilitation Medicine