El tendón de Aquiles conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Es el tendón más grande del cuerpo humano y te permite ponerte de puntillas mientras caminas. Este soporta una gran cantidad de fuerza con cada movimiento del pie.

Una ruptura del tendón de Aquiles ocurre cuando dicho tendón se rompe por completo en dos. Si esto sucede, tu pierna puede sufrir debilidad, por lo que caminar puede ser difícil. Asimismo, es posible que no puedas ponerte de puntillas.

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Con base en lo anterior, aquí te mencionamos algunos puntos clave que debes tomar en cuenta sobre las opciones de tratamiento para una ruptura del tendón de Aquiles:

  1. Para tratar este tipo de ruptura, puedes optar por una cirugía o por la colocación de un yeso, una férula, un aparato ortopédico, una bota para caminar u otro dispositivo que evite que la parte inferior de la pierna y el tobillo se muevan.
  2. Tanto la cirugía como la inmovilización suelen tener éxito. Sufrir otra ruptura es menos probable después de una cirugía que después de una inmovilización. Sin embargo, esta última posee menos riesgos.
  3. El éxito de tu cirugía depende de muchas cosas, incluyendo qué tan dañado esté tu tendón, qué tan pronto te sometas a la cirugía después de la ruptura, qué tan pronto comiences un programa de rehabilitación y qué tan bien lo sigas.
  4. Si eres más joven o eres físicamente activo(a) en los deportes, en el trabajo o en el hogar, a menudo se recomienda la cirugía. Si eres mayor o estás inactivo(a) la mayoría del tiempo, suele recomendarse la inmovilización.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan Health