Cuando un(a) niño(a) padece una enfermedad grave o crónica, es difícil pensar en la actividad escolar. Aunque recuperar la salud es lo primero, la educación también es importante. En este tipo de casos, los padres juegan un papel clave, tanto para ayudar a su hijo(a) con las tareas, como para planificar cuándo puede regresar a la escuela después de recibir tratamiento.

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Los expertos recomiendan equilibrar el tratamiento y la vida escolar mediante una planificación cuidadosa. Para ello, realiza lo siguiente:

  1. Planea a futuro. Considera el tiempo que tu hijo(a) estará fuera de la escuela y si el tratamiento podría interferir en su concentración, en las tareas o en el cumplimiento de los plazos. Posteriormente, habla con los maestros y el personal de la institución. De ser necesario, establezcan un horario flexible o fechas específicas para los exámenes y trabajos escolares.
  2. Consigue apoyo. Si el menor pasará largas temporadas en el hospital o en casa, piensa en conseguir apoyo educativo o escolarización individual. Usualmente, la escolarización personal es para niños que se encuentran demasiado enfermos. Recuerda que lo más importante es que mejore su salud, así que sé realista sobre lo que ella/él puede manejar.
  3. Mantente conectado(a). Procura establecer lazos con compañeros de clase y maestros. Tal vez tu niño(a) pueda tomar clases en línea; considera que, además del aislamiento académico, tu hijo(a) puede sentirse aislado socialmente. Si es posible, permite que el menor asista a obras de teatro de la escuela, eventos deportivos, fiestas en el aula u otras reuniones sociales.

RECUERDA: Es fundamental que el menor sienta tu apoyo. Sigue estos consejos para que el regreso a clases después del tratamiento sea más fluido en lo social, emocional y académico.

 

Fuente: Kids Health