La solución obvia para no dañar tus dientes si sueles beber refrescos es dejar de tomarlos. Pero muchas personas parece que les cuesta dejar el hábito.

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Sin embargo y si perteneces a ese grupo de gente, hay cosas que puedes hacer para disminuir el riesgo de dañar tus dientes:

  1. Bebe con moderación. No tomes más de un refresco al día. Solo uno puede hacer suficiente daño.
  2. Bebe rápido. Cuanto más tardes en beber un refresco, más tiempo tendrá para causar estragos en tu salud dental. Cuanto más rápido bebas, menos tiempo tienen los azúcares y los ácidos para dañar tus dientes. (¡Simplemente no uses esto como una excusa para beber el doble de refrescos!)
  3. Utiliza un popote. Esto ayudará a mantener los ácidos y azúcares dañinos lejos de tus dientes.
  4. Enjuaga tu boca con agua después de tomar refresco. Enjuagar la boca con un poco de agua después de beber refrescos ayudará a eliminar los azúcares y ácidos restantes, y evitará que ataquen tus dientes.
  5. Espera antes de cepillarte. A pesar de lo que puedas pensar, cepillarse los dientes inmediatamente después de tomar un refresco no es una buena idea. Esto se debe a que la fricción contra los dientes vulnerables y recientemente atacados por ácido puede hacer más daño que bien. En su lugar, espera de 30 a 60 minutos.
  6. Evita los refrescos antes de acostarte. No solo el azúcar probablemente te mantendrá despierto, sino que el azúcar y el ácido tendrán toda la noche para atacar tus dientes.
  7. Hazte limpiezas dentales periódicas. Los chequeos y exámenes regulares identificarán los problemas antes de que empeoren.

 

Fuente: Healthline