La solución obvia para no dañar tus dientes si sueles beber refrescos es dejar de tomarlos. Pero muchas personas parece que les cuesta dejar el hábito.
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Sin embargo y si perteneces a ese grupo de gente, hay cosas que puedes hacer para disminuir el riesgo de dañar tus dientes:
- Bebe con moderación. No tomes más de un refresco al día. Solo uno puede hacer suficiente daño.
- Bebe rápido. Cuanto más tardes en beber un refresco, más tiempo tendrá para causar estragos en tu salud dental. Cuanto más rápido bebas, menos tiempo tienen los azúcares y los ácidos para dañar tus dientes. (¡Simplemente no uses esto como una excusa para beber el doble de refrescos!)
- Utiliza un popote. Esto ayudará a mantener los ácidos y azúcares dañinos lejos de tus dientes.
- Enjuaga tu boca con agua después de tomar refresco. Enjuagar la boca con un poco de agua después de beber refrescos ayudará a eliminar los azúcares y ácidos restantes, y evitará que ataquen tus dientes.
- Espera antes de cepillarte. A pesar de lo que puedas pensar, cepillarse los dientes inmediatamente después de tomar un refresco no es una buena idea. Esto se debe a que la fricción contra los dientes vulnerables y recientemente atacados por ácido puede hacer más daño que bien. En su lugar, espera de 30 a 60 minutos.
- Evita los refrescos antes de acostarte. No solo el azúcar probablemente te mantendrá despierto, sino que el azúcar y el ácido tendrán toda la noche para atacar tus dientes.
- Hazte limpiezas dentales periódicas. Los chequeos y exámenes regulares identificarán los problemas antes de que empeoren.
Fuente: Healthline