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El ejercicio aporta muchos beneficios para la salud de los niños, desde una menor probabilidad de obesidad hasta una mejor autoestima. Asimismo, puede reducir las conductas de riesgo. Sin embargo, algunos deportes deben practicarse con ciertas precauciones, especialmente aquellos que requieren mantener un peso, pues podrían conducir a una dieta excesiva o incluso a anorexia.

A veces, los niños simplemente no comen suficientes calorías para compensar todo lo que queman. Se tenga en cuenta o no, una nutrición inadecuada puede afectar su desarrollo. Las niñas por ejemplo pueden perder sus períodos, y preocupaciones como los cambios hormonales y tener huesos débiles son más difíciles de apreciar en los niños. Las carreras de larga distancia y el ciclismo han sido vinculadas con estos problemas.

Por lo anterior, la evaluación de un médico es importante si ves signos de preocupación en tu hijo varón. Si hay un problema, tu niño podría beneficiarse de un enfoque que involucre a un equipo de especialistas y que aborde sus posibles problemas médicos, nutricionales y psicológicos. El equipo también puede determinar la mejor manera de continuar participando en deportes. Con base en ello, la Academia Americana de Pediatría recomienda a estos profesionales, en lugar de ser «entrenadores personales» para el menor, que se enfoquen en su aumento o pérdida de peso.

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Correr, como un ejercicio donde se ejerce carga mediante el peso y no se realiza a un nivel de resistencia, puede ser bueno para el desarrollo óseo, pero otros deportes pueden ser igual de buenos o incluso mejores para la salud general y ósea.

Un estudio halló que el fútbol es excelente porque sus movimientos variados, como correr, saltar y los cambios rápidos de dirección, estimulan el crecimiento óseo. La investigación también ha demostrado que el balonmano, el judo, el baloncesto y el voleibol tienen beneficios similares, especialmente si se comienzan antes de la adolescencia.

Recuerda que los deportes de contacto, como el fútbol y el fútbol americano, ​​plantean diferentes preocupaciones, como el riesgo de conmoción cerebral. Las lesiones en la cabeza requieren un protocolo específico e inmediato para evitar una segunda lesión y posiblemente un daño permanente.

 

Vía: Health Day News