La actividad física —en especial los deportes en equipo— pueden mejorar la autoestima, coordinación y las condiciones físicas generales de los niños, además de ayudarles a aprender a trabajar con otros niños y adultos. Sin embargo, algunos niños no son atletas innatos y es posible que les disgusten los deportes.
¿Qué hacer entonces?
Te compartimos algunas razones por las que tu pequeño podría no estar interesado en la actividad física. Recuerda que encontrar la raíz del problema es clave para establecer soluciones.
- Todavía está desarrollando las habilidades básicas. Si bien existen muchos programas deportivos para los niños de edad preescolar, no es sino hasta los 6 ó 7 años que los niños tienen la capacidad física, pueden mantener la atención por períodos prolongados y poseen la habilidad de comprender las reglas necesarias para jugar un deporte de manera organizada.
- El entrenador o la liga son demasiado competitivos. Un niño que hace deportes a regañadientes se sentirá muy nervioso cuando el entrenador dé indicaciones a gritos o cuando la liga enfatice mucho que es necesario ganar. En estos casos, infórmate sobre los programas deportivos antes de inscribir al menor.
- Tiene miedo a salir a escena. Los niños que no son deportistas por naturaleza o son algo tímidos pueden sentirse incómodos por la presión de pertenecer a un equipo. Esto es particularmente cierto cuando el niño todavía está desarrollando sus habilidades básicas y la liga es muy competitiva.
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Recuerda que los niños también pueden disfrutar los deportes individuales u otras actividades organizadas que pueden mejorar el estado físico, como natación, artes marciales, pasear en bicicleta o patinaje. Aunque te resulte difícil, trata de encontrar una manera de mantener a tu hijo activo con algo que sea de su agrado.
Vía: Kids Health