,

Muchos de nosotros tomamos decisiones sobre si debemos comer alimentos sanos o no tan saludables con base en si estamos de buen humor o no tan bien, lo que podríamos llamar «comida emocional».

Cuando el mal humor nos golpea, a menudo tendemos a consumir comida chatarra. Y eso puede convertirse en una receta para el desastre si estamos tratando de perder peso.

Por ello, aquí te mostramos cómo evitar que tus emociones arruinen tu dieta.

En primer lugar, te sugerimos que pienses en el futuro en lugar de sólo en ese momento. Vuelve a centrarte en los beneficios a la salud a largo plazo de una buena nutrición, y recuérdate constantemente a ti mismo(a) lo importantes que son en comparación con cualquier otro alimento «cómodo» de corta duración.

Conoce más: Riesgos de consumir con frecuencia alimentos precocinados

A continuación, busca maneras de alegrar o mejorar tu estado de ánimo, y que no impliquen comer absolutamente nada. Si te sientes triste o deprimido(a), llama a un compañero o compañera de dieta que sepa cómo motivarte. O ve tu película favorita. Si estás nervioso(a) o enojado(a), libera tus emociones trabajando en un «playlist» de tu música favorita o dando un pequeño paseo.

Los hábitos de vida saludables te ayudan a aislarte del mal humor y de la comida emocional que a menudo le sigue. Mejora tu estado de ánimo a diario con ejercicios regulares y con unos minutos de relajación, como tomar un baño tibio, meditar o leer un libro.

Usar un diario de alimentos puede ayudarte a identificar las causas de tu mal humor —como el estrés— y mostrarte patrones, de manera que puedas tomar medidas para cambiar. Por ejemplo, si cuando das una presentación en el trabajo siempre buscas una barra de chocolate antes de iniciar, mejor prepárate un refrigerio más saludable, como un pequeño recipiente con nueces y frutas secas.

Estos pasos positivos mejorarán tu perspectiva y, a su vez, te ayudarán a tomar buenas decisiones alimenticias y a cumplir con tu dieta.

 

Vía: Health Day News