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Tus ojos podrían ser una ventana a la salud de tu cerebro, así lo señala un nuevo estudio preliminar realizado por el Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos (NEI). Los resultados serán presentados durante la reunión anual de la American Stroke Association, que tendrá lugar del 17 al 19 de marzo.

Los investigadores encontraron que los adultos mayores con retinopatía, una enfermedad ocular, tenían un mayor riesgo de sufrir un infarto cerebral, así como posibles síntomas de demencia. En promedio, murieron antes que las personas de su edad que no tenían la afección ocular.

La retinopatía se refiere a una enfermedad de la retina, el tejido sensible a la luz ubicado en la parte posterior del ojo. A menudo es causada por diabetes o presión arterial alta, las cuales pueden dañar los pequeños vasos sanguíneos que irrigan la retina.

La condición puede provocar cambios en la visión, como dificultad para leer o ver objetos lejanos. Según el NEI, en las últimas etapas, los vasos sanguíneos dañados pueden tener fugas y causar alteraciones visuales como manchas oscuras o rayas en forma de telaraña.

Varios estudios han relacionado la retinopatía en su etapa más grave con un mayor riesgo de evento vascular cerebral (EVC), posiblemente porque ambos involucran vasos sanguíneos enfermos.

En el nuevo estudio, los investigadores descubrieron que las personas con signos de retinopatía tenían el doble de probabilidades de reportar un historial de EVC, en comparación con aquellas sin evidencia de la enfermedad ocular. Del mismo modo, tenían un 70% más de probabilidades de reportar problemas de memoria, un indicador potencial de demencia.

Durante la última década, las personas que tuvieron la retinopatía más grave enfrentaron un riesgo de muerte de dos a tres veces mayor.

No está claro si la afección en realidad predice un derrame cerebral futuro o problemas de memoria, indicó la doctora Michelle Lin, profesora asistente de neurología en la Clínica Mayo, en Jacksonville, Florida, e investigadora principal del trabajo.

A los participantes del estudio se les preguntó sobre sus antecedentes de infartos cerebrales y de problemas de memoria, al mismo tiempo que se les evaluó la retinopatía. No quedó claro qué condiciones llegaron primero, apuntó Lin.

El siguiente paso de esta investigación, agregó, es darles seguimiento a los pacientes con retinopatía a lo largo del tiempo, para determinar si la afección predice un mayor riesgo de EVC y si la detección de la retinopatía marca una diferencia en ese riesgo.

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Los hallazgos se obtuvieron de más de 5,500 adultos que participaron en un estudio de salud del gobierno estadounidense en curso. Todos se sometieron a escáneres de retina para buscar retinopatía.

Se encontró que casi 700 tenían la afección ocular, mientras que 289 tenían antecedentes de EVC y alrededor de 600 reportaron problemas de memoria.

En promedio, las personas con retinopatía tuvieron un mayor riesgo de infarto cerebral y de problemas de memoria; incluso después de la edad, se tomaron en cuenta otros factores como tener diabetes y presión arterial alta.

«Parece que hay algo sobre la retinopatía en sí», destacó Lin. Es decir, la enfermedad ocular puede dar una idea de lo que está sucediendo en los vasos sanguíneos del cerebro.

«Es realmente cierto que el ojo es una ventana al cerebro», aseveró.

La experta alentó a las personas con retinopatía a trabajar con su médico para controlar sus factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, que incluyen eventos cerebrovasculares y enfermedades cardíacas. Esto significa controlar condiciones como hipertensión, diabetes y colesterol alto.

Tales medidas también son clave para limitar la pérdida de visión por retinopatía. Más allá de eso, los medicamentos inyectables y la cirugía con láser son opciones para casos más graves, mencionó el NEI.

Los resultados apoyan la adición de la retinopatía a la lista de factores de riesgo que los médicos deben considerar para medir el riesgo de infarto cerebral de los pacientes, refirió Daniel Lackland, especialista voluntario de la American Stroke Association y profesor de epidemiología en la Universidad Médica de Carolina del Sur, quien agregó que detectar la retinopatía es bastante simple.

«Luego podemos trabajar en estrategias para prevenir un EVC, si una persona parece tener un alto riesgo», anotó Lackland.

Si las personas ya están siendo tratadas por afecciones como la hipertensión, ¿cambiaría algo un diagnóstico de retinopatía? Tal vez no, aunque Lin resaltó que los pacientes podrían ser evaluados para detectar deterioro cognitivo, o podrían ser remitidos para que les practiquen una resonancia magnética cerebral, a fin de buscar daños en los tejidos o problemas con los vasos sanguíneos.

Finalmente, Lin enfatizó que las personas con factores de riesgo cardiovascular deben consultar a un oftalmólogo para controlar su salud ocular.

 

Vía: Health Day News