Un nuevo estudio publicado en la revista Radiology encontró alteraciones graves en los ojos de algunos pacientes con COVID-19.

Los resultados muestran la necesidad de un examen ocular, así como de un tratamiento y manejo adecuados de problemas oculares potencialmente graves en estos pacientes, indicaron los autores.

«Demostramos que algunos pacientes con COVID-19 grave tenían uno o varios nódulos en el polo posterior del globo ocular», explicó el doctor Augustin Lecler, neurorradiólogo del Foundation Adolphe de Rothschild Hospital, en París.

Por su parte, el doctor Mark Fromer, oftalmólogo del Hospital Lenox Hill, en Nueva York, y ajeno al estudio, dijo que estos nódulos aparecieron en una parte del globo ocular llamada mácula.

«La mácula es el área de la retina responsable de la visión central. Un especialista en retina puede evaluar fácilmente la retina utilizando lentes de aumento en el lecho del ojo», detalló Fromer.

En este momento, dijo que todavía no está claro si los cambios oculares están directamente relacionados con la COVID-19 o con su tratamiento, como intubar a pacientes gravemente enfermos y ponerlos en un ventilador.

Como explicó el equipo de expertos, aunque el nuevo coronavirus afecta principalmente a los pulmones, se ha relacionado con un mayor riesgo de afecciones oculares como conjuntivitis y retinopatía, una enfermedad de la retina que puede provocar pérdida de la visión.

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Ha habido informes de anomalías oculares detectadas en exámenes de resonancia magnética de pacientes con COVID-19, pero solo se han realizado investigaciones limitadas sobre los tipos y tasas de tales problemas oculares.

Para obtener más información, la Sociedad Francesa de Neurorradiología realizó este estudio de 129 pacientes con COVID-19 grave que se sometieron a resonancias magnéticas cerebrales.

De ellos, nueve (7%) tenían uno o más nódulos en la parte posterior del globo ocular. Todos tenían nódulos en la región macular y ocho tenían nódulos en ambos ojos. Ocho de los nueve pacientes tenían COVID-19 tan grave que pasaron más tiempo en la unidad de cuidados intensivos (UCI).

«Esta es la primera vez que se obtienen tales hallazgos mediante resonancia magnética», apuntó Lecler.

El investigador mencionó que los pacientes con COVID-19 en las UCI hospitalarias podrían pasar por alto problemas oculares graves, ya que a menudo reciben tratamiento por afecciones mucho más graves que ponen en peligro la vida.

«Nuestro estudio aboga por la detección de COVID-19 grave en todos los pacientes hospitalizados en la UCI», refirió Lecler. «Creemos que esos pacientes deben recibir tratamientos de protección ocular específicos».

Finalmente, la doctora Claudia Kirsch, jefa de neurorradiología en Northwell Health, Nueva York, quien también es ajena al estudio y opinó sobre el mismo, estuvo de acuerdo en que «los médicos que tratan a pacientes con COVID deben asegurarse de que las órbitas de los ojos estén protegidas.

«A medida que comenzamos a reconocer cómo afecta el virus a diferentes órganos en los pacientes con COVID-19, incluidos los ojos, es de esperar que podamos comprender mejor los mecanismos de la enfermedad y trabajar para mejorar los resultados de todos los pacientes afectados durante la pandemia en curso», subrayó Kirsch.

 

Vía: Health Day News