Los anteojos evitan que la gente tropiece con los taburetes y se estrelle contra las paredes, pero también pueden tener un beneficio secundario para despertar la envidia entre las personas con visión 20/20.

Quienes usan anteojos todos los días podrían ser menos susceptibles a la infección por COVID-19, así lo dio a conocer un estudio chino reciente publicado en la revista JAMA Ophthalmology.

El trabajo evaluó a 276 pacientes hospitalizados por COVID-19 en el Hospital Suizhou Zengdu en China. De ellos, solo cerca del 6% debía usar anteojos a diario debido a su miopía. Cabe señalar que la proporción de personas miopes en la provincia de Hubei, donde se encuentra el hospital, es mucho mayor (alrededor del 32%), indicó el estudio.

Los anteojos pueden frustrar la infección por COVID-19 ya que «previenen o desmotivan a los usuarios de tocarse los ojos, evitando así la transferencia del virus de las manos a los ojos», comentó el doctor Yiping Wei, del Segundo Hospital Afiliado de la Universidad de Nanchang, junto con sus colegas.

La protección ocular también podría reducir potencialmente el riesgo de que las gotitas en el aire cargadas de virus entren en contacto con los ojos, subrayaron los autores.

Sin embargo, los resultados mostraron que los usuarios de anteojos que contrajeron COVID-19 se enfermaron tanto como aquellos con visión normal.

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«Aunque este es un estudio observacional y no se puede inferir nada definitivo del mismo, existe una sugerencia de que la protección ocular de cualquier tipo puede disminuir el riesgo de infección», apuntó el doctor Amesh Adalja, investigador principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, en Baltimore.

«Esto debe confirmarse con otros estudios observacionales y con estudios más formales de, por ejemplo, el uso de protectores faciales. No obstante, se observa cada vez más que la protección ocular es importante», agregó Adalja.

Por su parte, el doctor Aaron Glatt, presidente de medicina y jefe de epidemiología en el Hospital Mount Sinai South Nassau, en Oceanside, Nueva York, dijo que los anteojos regulares prescritos por un oftalmólogo no cubren completamente los ojos como lo hacen las gafas o los protectores faciales.

«Los anteojos pueden brindar algo de protección, pero obviamente en un par de anteojos normales, las partículas en el aire que teóricamente entran en el ojo podrían pasar fácilmente alrededor de los anteojos», advirtió Glatt.

Asimismo, la doctora Lisa Maragakis, directora de prevención de infecciones en el Sistema de Salud Johns Hopkins, destacó que es probable que los anteojos «puedan representar un mayor riesgo de tocarse los ojos y de hacerlo con más frecuencia, así como de contaminarlos potencialmente al quitarlos, reemplazarlos o ajustarlos».

Ella y Glatt resaltaron que el estudio se basó en una muestra relativamente pequeña y debe replicarse en investigaciones futuras que involucren a más personas.

«Es un estudio interesante», refirió Glatt. «Ciertamente tiene ciencia detrás para sugerir que podría ser un efecto causal, pero obviamente necesita ser estudiado de una manera más rigurosa y otros estudios necesitan confirmar estos mismos resultados».

 

Vía: Health Day News