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El estrés desencadena la liberación de hormonas como la adrenalina y el cortisol, que inicialmente disminuyen el apetito como parte de la respuesta de lucha o huida del cuerpo.

Sin embargo y de acuerdo con un estudio publicado en la revista Current Opinion in Endocrinology, Diabetes and Obesity, cuando las personas están bajo un estrés constante, el cortisol puede permanecer en su torrente sanguíneo durante más tiempo, lo que a su vez aumentará su apetito y, potencialmente, hará que coman más.

El cortisol indica la necesidad de reponer las reservas nutricionales del cuerpo a partir de la fuente preferida de combustible, que son los carbohidratos.

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Posteriormente, la insulina transporta el azúcar de los carbohidratos en la sangre hacia los músculos y el cerebro. Si el individuo no utiliza este azúcar en una respuesta de lucha o huida, el cuerpo lo almacenará en forma de grasa.

Volviendo al estudio antes mencionado y con la finalidad de evitar el aumento de peso a causa del estrés, los investigadores encontraron que la implementación de un programa de intervención para el manejo del estrés de 8 semanas resultó en una reducción significativa en el índice de masa corporal (IMC) de niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad.

Algunos métodos para manejar el estrés incluyen:

  • Yoga, meditación o tai chi.
  • Técnicas de respiración y relajación.
  • Pasar algún tiempo al aire libre, por ejemplo, caminando o haciendo actividades de jardinería.

 

Fuente: Medical News Today