Durante décadas, los expertos han recomendado que los candidatos adultos para la cirugía de pérdida de peso registren un índice de masa corporal (IMC) de al menos 35.0 (obesidad de clase 2 [riesgo moderado] y 3 [alto riesgo]).

Sin embargo, las pautas de la Sociedad Estadounidense de Cirugía Metabólica y Bariátrica (ASMBS, por sus siglas en inglés) emitidas en 2018 respaldaron la cirugía de pérdida de peso para adultos con un IMC de 30.0 a 35.0 (obesidad clase 1 o de bajo riesgo) que:

  • Tienen comorbilidades relacionadas, especialmente diabetes tipo 2.
  • No han visto resultados sostenidos con tratamientos no quirúrgicos, como modificaciones en la alimentación y el estilo de vida.

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Para las personas con obesidad de clase 1, la cirugía es más efectiva en aquellas que tienen entre 18 y 65 años.

Los pacientes deberán perder algo de peso antes de someterse a una cirugía. Además, normalmente deberán acudir a asesoría para asegurarse de que estén emocionalmente preparados para la cirugía y dispuestos a realizar los cambios necesarios en su estilo de vida.

Solo unos pocos centros quirúrgicos realizan este tipo de procedimientos en niños menores de 18 años.

 

Fuente: Healthline