El aceite de oliva es un elemento fundamental en la dieta mediterránea. Además, se le atribuyen numerosos beneficios para la salud, como la reducción del riesgo de demencia, problemas cardíacos, deterioro cognitivo o muerte prematura. Sin embargo, ¿cómo saber si el aceite de oliva que consumimos realmente cumple con estas expectativas saludables?

Expertos señalan que la calidad del aceite de oliva depende de una serie de factores, desde el proceso de recolección y procesamiento hasta su almacenamiento y uso final. Aquí te explicamos qué aspectos debes considerar para seleccionar el mejor aceite para tu salud.

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Cosecha y procesamiento

El proceso de recolección es crucial para preservar la calidad del aceite de oliva. Se recomienda que las aceitunas sean recolectadas con cuidado, en su punto óptimo de maduración, ya que esto asegura una mayor concentración de componentes saludables. Además, la rapidez con la que las aceitunas son procesadas después de la recolección es fundamental para evitar la oxidación o fermentación del fruto.

El aceite de oliva extra virgen es considerado el más saludable, ya que se obtiene mediante un proceso de prensado en frío, sin la aplicación de calor ni el uso de disolventes químicos. Este método de extracción ayuda a conservar los nutrientes del aceite, como el ácido oleico y los polifenoles, que son responsables de muchos de sus beneficios para la salud.

Frescura y métodos de conservación

Para garantizar la frescura del aceite de oliva, es importante prestar atención a las fechas de cosecha, elaboración y embotellado que aparecen en la etiqueta del producto. Se recomienda seleccionar aceites que no hayan tardado más de tres meses en llegar a la estantería desde la cosecha, y que tengan una fecha de consumo preferente lo más alejada posible de la fecha de compra.

El almacenamiento adecuado también es fundamental para preservar la calidad del aceite de oliva. Se recomienda conservarlo en un ambiente fresco, lejos de la luz y el calor, preferiblemente en una botella de cristal oscuro para protegerlo de la oxidación.

Conservación en casa

Una vez adquirido, es importante consumir el aceite de oliva lo antes posible para aprovechar al máximo sus beneficios para la salud. Puedes almacenarlo en el refrigerador para preservar los compuestos fenólicos durante uno o dos años adicionales. 

Si aún no incorporas este aceite a tu dieta, no dudes en hacerlo. Ante cualquier duda sobre tu nutrición, consulta a un profesional de la salud.

 

Fuente: CNN Salud/ Escuela de Salud Pública de Yale