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Cuando se hacen en casa, los batidos pueden ser deliciosos y nutritivos (las versiones compradas en tiendas suelen contener mucha azúcar y una gran cantidad de calorías). Pero cuando se trata de sentirse satisfecho, las sopas tipo puré que son muy ricas y espesas los vencen sin lugar a dudas.

Hay ciencia detrás de aconsejar comer sopa en tu dieta cuando esta es un puré espeso y mezclado. Un estudio publicado en la revista Journal of Nutrition descubrió que te sentirás más satisfecho durante una hora más de lo que te sentirías si comieras los mismos ingredientes en su forma entera mientras tomas un vaso de agua. Piensa en una sopa hecha puré como un licuado sabroso, perfecto para el clima fresco.

Es rápido y fácil convertir una verdura cocida como calabaza, zanahorias, chícharos o camotes en una comida abundante con una licuadora tradicional o de inmersión, o un procesador de alimentos. La coliflor es particularmente versátil porque, como base de sopa, tomará el sabor de las hierbas, especias u otros ingredientes con los que le des sazón.

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Si tienes poco tiempo, puedes usar verduras congeladas. Si quieres comenzar desde cero, saca el mayor sabor al asar las verduras en el horno. Otra opción es «sudarlas» en la estufa en una pequeña cantidad de aceite para ablandarlas antes de agregar suficiente agua, con la cual debes apenas cubrirlas y hervir a fuego lento hasta que estén tiernas antes de hacerlas puré. Intenta siempre incluir cebollas, puerros o ajo con tus otras verduras para darles más sabor.

Prueba diferentes variaciones de vegetales para deleitar a tu paladar y considera añadir lentejas para obtener aún más fibra y grosor. Mezcla una pera o manzana cocidas cuando quieras dulzura extra.

Las sopas en puré son deliciosas y convenientes para almorzar en casa, en el trabajo o sobre la marcha, y para una cena sin complicaciones que se debe recalentar.

 

Vía: Health Day News