,

Más allá de los malos hábitos alimenticios y del sedentarismo, el estrés y la ansiedad juegan un papel clave en el aumento de peso y podrían conducir a la obesidad. De acuerdo con especialistas, el estrés crónico interrumpe el sueño y desequilibra los niveles de azúcar en la sangre. Lamentablemente, esto se traduce en un escape emocional que conduce al aumento del apetito.

Para llegar a esta premisa, Giles Yeo de la BBC y científicos de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, realizaron un estudio bajo estrés constante. Iniciaron con la prueba Maastricht Stress Test, la cual busca provocar respuestas de estrés autónomo y de glucocorticoides, hormonas clave para el metabolismo de carbohidratos.

Antes y después de la investigación, el equipo de Leeds midió los niveles de azúcar en la sangre de Giles. Si bien estos aumentan y disminuyen cuando se ingieren alimentos, los niveles de azúcar de Giles, puesto bajo estrés deliberadamente, tardaron tres horas en volver a la normalidad, unas seis veces más que en un día libre de estrés.

A decir de los expertos, esto ocurre porque el cuerpo siente que está bajo ataque y libera glucosa para proporcionar energía a los músculos. Cuando no se necesita esa energía, el páncreas bombea insulina para reducir nuevamente los niveles de azúcar en la sangre.

Este vaivén entre los niveles de insulina y los niveles de azúcar provocan hambre, razón por la que se consumen alimentos ricos en carbohidratos cuando se está estresado o no se tuvo un buen descanso.

Conoce más: ¿Por qué te despierta el hambre por la noche?

Recomendaciones

Además de procurar un sueño reparador, es importante cambiar ciertos hábitos. Por ejemplo.

  1. Reconoce las cosas que no puedes cambiar y déjalas ir.
  2. Realiza ejercicio para liberar endorfinas.
  3. Desarrolla una actitud más positiva ante los desafíos.
  4. Haz actividades que disfrutes, como leer un buen libro o escuchar música.
  5. Aprende a relajarte, ya sea con respiraciones profundas o meditación.
  6. Conéctate con tus seres queridos.
  7. Mantén una dieta saludable, baja en azúcares.
  8. Aprende a decir que no.

 

Vía: BBC Salud/ Medline Plus