Sin importar cuánto se haya comido durante el día, el cuerpo suele pedir alimentos por la noche. Es sabido que no es buena idea comer antes de ir a dormir, debido a que se ralentiza el proceso de digestión y puede perjudicar el descanso. Además, es un hábito que se ha vinculado con el sobrepeso y la obesidad.

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Pero entonces, ¿por qué insistimos en comer antes de ir a la cama? No es tu culpa. Un nuevo estudio ha revelado que las hormonas del hambre son las responsables. De acuerdo con los investigadores, las horas de la noche son un factor de riesgo para cualquier dieta, principalmente si existe estrés, debido a que se experimentan alteraciones en los niveles de hormonas que influyen en el apetito, lo que nos lleva a comer de más.

La investigación, realizada por investigadores de la Escuela de Medicina Johns Hopkins en Baltimore, y la Escuela de Medicina Mount Sinaí Icahn en Nueva York, asegura que el estrés crónico podría elevar los niveles de hambre por la noche. Afortunadamente, existe una solución a este problema: comer más temprano.

Todo esto recae en la ghrelina, hormona que estimula el apetito. Durante el estudio, los niveles de ghrelina fueron mayores después del consumo de la comida de la tarde, en comparación con la comida de la mañana. En tanto, los niveles de PYY, hormona que reduce el apetito, fueron más bajos por la tarde. También el cortisol, hormona del estrés, fue mayor en la tarde y noche que por la mañana.

Recuerda que tienes el control sobre tu dieta. Procura llevar un régimen balanceado para evitar los excesos. Come más temprano y encuentra formas alternativas de lidiar con el estrés. ¡Cuídate!

 

Vía: Hola Doctor