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Padecer hipertensión (presión arterial alta) ha sido asociado en diversos estudios con múltiples riesgos para la salud integral de las personas. Uno de los más recientes hallazgos relaciona este padecimiento con la demencia.

De acuerdo con una investigación que apareció publicada en la revista especializada Neurology, las mujeres que desarrollan hipertensión después de los 40 años de edad podrían ser mucho más vulnerables a desarrollar demencia más adelante en su vida.

Durante el estudio, las mujeres que desarrollaron hipertensión entre los 40 y los 49 años de edad tenían un riesgo hasta un 73% más alto de padecer demencia a largo plazo, explicó Paola Gilsanz, investigadora principal y miembro posdoctoral de la División de Investigación de Kaiser Permanente del Norte de California, en Oakland, Estados Unidos.

“El cerebro es un órgano metabólicamente muy activo dentro del cuerpo. Requiere de una cantidad muy grande de oxígeno y otros nutrientes. Debido a eso, hay un sistema de suministro de sangre muy rico en el cerebro. Cualquier cosa que afecte a eso, afecta a la salud y la función del cerebro en general”, explicó por su parte Keith Fargo, director de programas científicos y de alcance de la Asociación del Alzheimer, en Estados Unidos.

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Por lo anterior, es lógico pensar que la exposición a largo plazo a la hipertensión podría dejar a una persona más vulnerable a la demencia a medida que envejece. Tener un sistema circulatorio saludable es clave para la salud cerebral, subrayó el experto.

Las personas creen que la demencia es algo propio de un momento avanzado de la vida, porque es en ese momento cuando es habitual ver los síntomas clínicos. Pero todo lo que le lleva a un deterioro cognitivo se produce a lo largo de toda su vida”, expuso Fargo.

Para el especialista, evitar la hipertensión, gozar de una buena salud circulatoria y un corazón saludable, está al alcance de todos. Basta con realizar algunos cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar y beber alcohol, consumir una dieta balanceada y hacer ejercicio.

Estos factores de riesgo modificables son las armas más poderosas que tenemos en nuestro arsenal para combatir la demencia” y garantizar nuestro bienestar, apuntó.

 

Vía: Health Day News