estrés infantilEl estrés infantil es provocado por cualquier situación que requiera una adaptación o cambio, puede ser positiva o negativa —esta última en la mayoría de los casos—.

Los niños responden a este estímulo a través de lo que han observado y experimentado en el pasado. En la mayoría de los casos, el estrés de un niño puede parecer insignificante para los adultos, pese a ello, los menores sufren un fuerte impacto emocional y de confianza.

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Actualmente, los casos de estrés infantil han aumentado gracias al ritmo laboral de los padres. Algunas señales para detectarlo son:

• Dolor de cabeza.
• Disminución de apetito.
• Tartamudeo.
• Resfriados frecuentes.
• Irritabilidad.
• Tristeza.
• Enojo.
• Problemas para dormir.
• Terrores nocturnos.
• Retroceso en conductas madurativas.
• Hábitos nerviosos —morder uñas y chuparse los dedos—.
• Incapacidad para relajarse.
• Comportamiento agresivo.

Desafortunadamente, estas prácticas predisponen a los niños a padecer bipolaridad u otros problemas de salud mental.

Es recomendable, como primer paso, identificar el problema. Posteriormente, deben encontrarse actividades o técnicas que permitan alcanzar el equilibrio, éstas serán determinadas por la personalidad y la edad.

En el caso de los niños, los padres están obligados a observar e identificar las dificultades, además de hacer una autoevaluación para descartar que se esté fungiendo como un factor del problema.

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Es importante inculcar en los menores hábitos sobre una vida ordenada. Asimismo, debe vigilarse su descanso y alimentación.

Según especialistas, el estrés es parte del desarrollo de los niños. Sin embargo, es importante crear técnicas para afrontarlo y equilibrarlo desde la infancia.

 

Vía: Medline Plus/ Notimex