Insomnio niño-IUn estudio publicado en Diciembre del 2014 en la revista JAMA de Pediatría señala que una conducta de protección por parte de los padres, con disminución de los eventos de miedo puede proporcionar efectos benéficos a largo plazo sobre los ritmos diurnos de cortisol, disminuyendo los niveles de estrés.

Los resultados de un ensayo controlado aleatorio con una muestra mayor de 100 niños en edad preescolar mostró que los efectos se pueden ver hasta 3 años después, con una producción de cortisol mas normal en aquellos paciente que fueron apoyados por los padres en etapas tempranas, por lo que las intervenciones anteriores son mejores, por lo que se puede concluir a los padres como un factor protector

Se señala que el maltrato infantil y las interacciones estresantes frecuentes pueden interrumpir los procesos de desarrollo normativo y afectar el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal en los niños. El cual se encarga de la producción de cortisol que de forma fisiológica se eleva por la mañana, alcanzando un máximo de aproximadamente 30 minutos después de despertar y disminuyendo a lo largo del día a niveles cercanos a cero en la noche.

Por lo que las intervenciones en niños en riesgo han mostrado beneficios para la actividad de este eje inmediatamente después del tratamiento, continuando las investigaciones del tiempo en que estos efectos se mantienen.

Examinaron los niños entre 49 y 69 meses (media de 50 meses) de las familias que habían sido dadas a los servicios de protección infantil cuando los niños eran menores de 24 meses. Todos fueron asignados al azar en dos grupos, ya sea en el primero para recibir 10 sesiones de un grupo diseñado para ayudar a los padres a ser más enriquecedores, aumentando las interacciones de respuesta y haciendo los eventos menos estresantes, o en el segundo grupo de control llamado Educación para el Desarrollo de la Familia que se centró en la información general sobre su desarrollo y sugirió el desarrollo de actividades apropiadas para que los padres se involucran con sus hijos.

Los resultados de seguimiento mostraron que el primer grupo tuvo una diferencia significativa en producción de cortisol con respecto al grupo control, manteniendo un patrón más típico de producción.