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El vínculo entre la mente y el cuerpo debe tomarse con precaución, pues todo aquello que afecta el estado anímico y la estabilidad emocional recae en la salud física del cuerpo. El estrés, por ejemplo, se relaciona con un mayor riesgo de ataque al corazón y derrame cerebral.

Este tipo de afecciones surge con mayor frecuencia en personas que tienen mucha actividad en la amígdala —zona cerebral que regula la respuesta del cuerpo a emociones fuertes—, según un estudio realizado por especialistas del Hospital General de Massachusetts, en Boston. A su vez, el estrés emocional se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV), padecimiento que afecta los vasos sanguíneos y el corazón.

En este contexto, de casi 300 voluntarios, 22 desarrollaron enfermedades cardiovasculares. Sorprendentemente, eran quienes tenían mayor actividad en la amígdala. Asimismo, aquellos que reportaron niveles más altos de estrés, presentaron gran inflamación en las arterias.

“Este estudio identifica por primera vez en seres humanos, la región del cerebro que vincula el estrés al riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular”, señaló el cardiólogo Ahmed Tawakol.

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De acuerdo con investigaciones previas, el estrés activa la médula ósea, reacción que provoca la producción de células blancas en la sangre y, en consecuencia, la inflamación.

Cada una de estas reacciones genera riesgos en cadena, pues tanto la inflamación en los vasos sanguíneos, como el aumento de actividad de la médula ósea, contribuyen al desarrollo de ateroesclerosis, padecimiento que incrementa el riesgo de enfermedad cardíaca.

Es importante aprender a controlar los niveles de estrés y ansiedad con ayuda de un especialista. Pide ayuda, recuerda que el estrés podría ser un factor de riesgo casi tan grave como el tabaquismo y la hipertensión arterial.

 

Vía: Notimex