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Las crisis de ausencia, que anteriormente recibían el nombre de convulsiones de pequeño mal, provocan breves períodos de miradas fijas que duran solo unos segundos cada vez. Las convulsiones son más comunes durante la niñez y la adolescencia y, generalmente, se resuelven cuando la persona llega a la edad adulta.

En ocasiones, las crisis de ausencia son el único tipo de convulsión que sufre una persona o pueden afectar a personas que padecen otros tipos de epilepsia.

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Diversas investigaciones muestran que más de la mitad de los niños que sufren crisis de ausencia también padecen determinadas condiciones neuropsiquiátricas.

Tales condiciones incluyen las siguientes:

  1. Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
  2. Deterioro cognitivo (procesos de pensamiento alterados)
  3. Deterioro de la memoria
  4. Trastornos del estado de ánimo

Al día de hoy, existe evidencia que sugiere que algunos de estos trastornos pueden surgir antes de que comiencen a presentarse las convulsiones, y que pueden persistir incluso cuando las convulsiones se tratan adecuadamente con medicamentos.

Si tienes más dudas al respecto, consulta a un especialista en el tema.

Fuente: Very Well Health