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El sobrepeso es una enfermedad crónica provocada por un estilo de vida poco saludable, en el cual sobresalen el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios. Si bien pareciera que son las únicas causas, también tiene origen en los problemas emocionales, según la especialista Ángeles Wolder.

“No comemos porque tengamos que comer, alimentarnos o nutrirnos, sino que estamos comiendo porque tenemos que llenar un vacío de frustración, de exceso de responsabilidad, de rabia, tristeza o angustia. Utilizamos la comida como una tapadera de las emociones”, explicó la fisioterapeuta.

Así como dejar de comer es respuesta a un trastorno alimenticio, comer impulsivamente puede responder a malas experiencias en el pasado, como alguna situación de violencia o hambre. “Por ejemplo, cuando la gente come todo el plato siempre es por miedo a que les vaya a faltar; por ello, siempre es recomendable que cuando se tenga un plato de comida se le informe al cerebro que no está obligado a comer todo”, refirió.

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Recomendaciones

  1. Lleva un diario de comidas. Anota lo que comes, cuánto comes, cuándo comes, cómo te sientes cuando comes y cuánta hambre tienes.
  2. Domina el estrés. Si el estrés contribuye a la alimentación emocional, prueba con técnicas de control del estrés, como yoga, meditación o respiración profunda.
  3. Analiza si realmente tienes hambre. Si comiste hace sólo unas horas y el estómago no te hace ruido, es probable que no tengas hambre.
  4. Busca apoyo. Eres más propenso a caer en la alimentación emocional si careces de una buena red de apoyo. Apóyate en tu familia y amigos o considera unirte a un grupo.
  5. Elimina la tentación. No guardes alimentos reconfortantes y tentadores en tu casa.

 

Vía: Notimex