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Se sabe que fumar aumenta el riesgo de contraer COVID-19, pero hay otro riesgo igual o incluso más peligroso que el de adquirir coronavirus y que tiene que ver con el humo del cigarro.

Nos referimos al humo de segunda mano, que es la combinación del humo de un cigarro encendido y el humo exhalado por un fumador. Existen dos tipos de humo de segunda mano:

  • Humo de corriente lateral: proviene directamente del producto de tabaco quemado,
  • Humo de corriente principal: es el humo que inhala el fumador.

El humo que se quema en la punta de un cigarro en realidad contiene más sustancias nocivas que el humo inhalado por el fumador, ya que no pasa por ningún filtro.

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¿Cómo afecta el humo de segunda mano a los no fumadores?

Si no fumas pero estás expuesto al humo de segunda mano con regularidad, tu cuerpo seguirá absorbiendo la nicotina y otras sustancias nocivas. El humo contiene más de 4,000 compuestos químicos, de los cuales, 250 son tóxicos y más de 50 son agentes cancerígenos conocidos. Estas sustancias peligrosas permanecen en el aire durante aproximadamente 4 horas y respirar estas partículas durante solo unos minutos puede dañar tu salud.

Por ello, aquí te mencionamos los efectos dañinos del humo de segunda mano según el tiempo de exposición al mismo:

  • 5 minutos: endurece la aorta tanto como fumar un cigarrillo.
  • 20-30 minutos: provoca un exceso de coagulación de la sangre y aumenta la acumulación de depósitos de grasa en los vasos sanguíneos, lo que aumenta el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
  • 2 horas: aumenta la posibilidad de latidos cardíacos irregulares (arritmia) y puede desencadenar un evento cardíaco fatal o un ataque cardíaco.

Además, cuanto más tiempo pases cerca del humo de segunda mano, mayor será el nivel de sustancias nocivas en tu cuerpo. Como resultado, es posible que tengas un mayor riesgo de desarrollar trastornos relacionados con el tabaquismo, que incluyen:

  • Cáncer de pulmón y enfermedades pulmonares (como enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC], enfisema, asma y bronquitis crónica). Los no fumadores que viven con un fumador tienen entre un 20% y un 30% más de riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
  • Enfermedades del corazón.
  • Irritación ocular y nasal, así como mayor riesgo de infecciones respiratorias y de los senos nasales.

 

Vía: Cleveland Clinic