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Quizás hayas oído hablar de la dieta FODMAP a través de un amigo o en Internet. Cuando las personas dicen «dieta FODMAP» generalmente se refieren a una dieta baja en ciertos azúcares que pueden causar malestar intestinal. Esta dieta está diseñada para ayudar a las personas que padecen síndrome del intestino irritable (SII) y/o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés) a determinar qué alimentos son problemáticos y qué alimentos reducen los síntomas.

«La dieta baja en FODMAP es un plan de alimentación temporal que es muy restrictivo», señala la doctora Hazel Galon Veloso, gastroenteróloga de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos). «Siempre es bueno hablar con tu médico antes de comenzar una nueva dieta, particularmente si se trata de la dieta baja en FODMAP, ya que elimina muchos alimentos y nadie debe seguirla por mucho tiempo. Es un proceso de descubrimiento corto para determinar qué alimentos son problemáticos para ti».

¿Qué es FODMAP?

FODMAP, por sus siglas en inglés, significa oligosacáridos fermentables, disacáridos, monosacáridos y polioles, que son carbohidratos de cadena corta (azúcares) que el intestino delgado no absorbe bien. Algunas personas experimentan problemas digestivos después de comerlos. Los síntomas incluyen:

  • Calambres
  • Diarrea
  • Estreñimiento
  • Hinchazón de estómago
  • Gas y flatulencias

¿Cómo funciona la dieta baja en FODMAP?

FODMAP es una dieta de eliminación de tres pasos:

  1. Primero, dejas de comer ciertos alimentos (alimentos ricos en FODMAP).
  2. A continuación, los reintroduces lentamente para ver cuáles son problemáticos.
  3. Una vez que identifiques los alimentos que causan síntomas, puedes evitarlos o limitarlos mientras disfrutas de todo lo demás sin preocupaciones.

“Recomendamos seguir la parte de eliminación de la dieta durante solo dos a seis semanas”, subraya Veloso. “Esto reduce tus síntomas y si tienes SIBO, puede ayudarte a disminuir los niveles anormalmente altos de bacterias intestinales. Después, cada tres días, puedes volver a agregar un alimento alto en FODMAP a tu dieta, uno a la vez, para ver si te causa algún síntoma. Si cierto alimento alto en FODMAP ocasiona síntomas, evítalo a largo plazo».

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¿Qué puedes comer con la dieta FODMAP?

Los alimentos que desencadenan los síntomas varían de persona a persona. Por ello y para aliviar los síntomas del SII y SIBO, es esencial evitar los alimentos con alto contenido de FODMAP que agravan el intestino. Estos incluyen:

  • Leche, yogur y helados lácteos
  • Productos a base de trigo como cereales, pan y galletas saladas
  • Frijoles y lentejas
  • Algunas verduras, como alcachofas, espárragos, cebollas y ajos.
  • Algunas frutas, como manzanas, cerezas, peras y melocotones.

En su lugar, basa tus comidas en alimentos bajos en FODMAP como:

  • Huevos y carne
  • Ciertos quesos como brie, camembert, cheddar y feta
  • Leche de almendras
  • Granos como arroz, quinua y avena
  • Verduras como berenjena, papas, tomates, pepinos y calabacines
  • Frutas como uvas, naranjas, fresas, arándanos y piña.

Para obtener una lista completa de los alimentos FODMAP,  consulta a tu médico o nutriólogo.

¿Quién debería probarla?

La dieta baja en FODMAP es parte de la terapia para personas con SII y SIBO. Las investigaciones han descubierto que reduce los síntomas hasta en un 86%.

Debido a que la dieta puede ser un desafío durante la primera fase, que es la más restrictiva, es importante trabajar con un médico o nutriólogo, quien puede asegurarse de que sigas la dieta correctamente, lo que es crucial para el éxito, y mantener una nutrición adecuada.

«Cualquiera que tenga bajo peso no debería intentar esto por su cuenta», advierte Veloso. “La dieta baja en FODMAP no está destinada a disminuir el peso, pero puedes perder kilos con ella debido a que elimina muchos alimentos. Para alguien que ya tiene un peso demasiado bajo, perder más puede ser peligroso».

¿Cómo puede ayudar un médico?

Los cambios en la dieta pueden tener un gran impacto en los síntomas del SII y el SIBO, pero los médicos también suelen usar otras terapias. Los antibióticos pueden reducir rápidamente el crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado, mientras que los laxantes y los antidepresivos en dosis bajas pueden aliviar los síntomas del síndrome de intestino irritable.

Una combinación de cambios en la dieta, medicamentos y técnicas de manejo del estrés suele ser el mejor enfoque. De ahí la importancia de que aprendas a trabajar con un médico y un especialista en nutrición para encontrar los tratamientos contra el SII y el SIBO que funcionen mejor para ti.

 

Vía: Johns Hopkins Medicine