Por difícil que parezca, las reacciones alérgicas en niños son bastante comunes. Ya sea que las provoque algún alimento, sustancia o medicamento, es importante que los padres de familia tengan conocimiento de cómo actuar ante una reacción alérgica grave.

Estas suelen aparecer por sensibilidades a sustancias -que son conocidas como alérgenos-, las cuales pueden entrar en contacto con la piel, la nariz, los ojos, las vías respiratorias o el tubo digestivo.

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Aunque la gran mayoría de las reacciones alérgicas son leves, en algunos casos se pueden detonar casos graves, los cuales podrían en el peor de los casos ser mortales.

¿Cómo estar preparado?

A pesar de este panorama, estar bien informado y preparado permitirá que los padres puedan actuar con rapidez, para ayudar a sus hijos en el caso de que presente una reacción alérgica grave.

Para conseguirlo, los expertos recomiendan llevar a cabo simulacros -como los que se practican para saber qué hacer ante desastres naturales, por ejemplo-.

Durante estos, los especialistas sugieren prestar atención a 3 puntos fundamentales:

1. Reconocer los signos de una reacción alérgica grave. Estos suelen ser en su mayoría dificultades respiratorias, como respiración sibilante.

2. Tener la solución inyectable a la mano. En los casos donde un pediatra haya recetado una solución inyectable para utilizar en caso de emergencia, esta debe estar siempre cerca del niño. Los padres deben asegurarse de que los niños lleven esta solución siempre encima, tanto en casa como en la escuela, en las fiestas de cumpleaños, cuando estén de vacaciones, etc.

3. Practicar con regularidad el uso de la solución inyectable. Esto para no olvidar el proceso de administración. Se debe identificar si hay alguna tapa a extraer, qué extremo debe estar en contacto con la piel, en qué parte del cuerpo se debe administrar el pinchazo, cómo se debe sostener la jeringuilla, etc. Todas estas instrucciones deben haber sido explicadas por un especialista de la salud.

Finalmente, los expertos recomiendan conservar siempre el instructivo de la solución inyectable, así como revisar con periodicidad su fecha de caducidad para adquirir uno nuevo cuando el que se tenga esté a punto de caducar.

 

Vía: Kid’s Health, MedlinePlus