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Hay una industria de miles de millones de dólares dedicada a los productos que luchan contra las señales del envejecimiento, pero las cremas hidratantes sólo llegan a nivel de la piel. El envejecimiento ocurre todavía más allá —a nivel celular—, y los científicos han descubierto que comer menos podría hacer que este proceso celular ocurra más lentamente.

Una investigación reciente publicada en la revista Molecular & Cellular Proteomics ofrece una visión sobre cómo reducir el consumo de calorías puede impactar al envejecimiento dentro de una célula. Los investigadores hallaron que cuando los ribosomas —los fabricantes de proteínas en la célula— realizan sus funciones con mayor lentitud, el proceso de envejecimiento también se hace más lento. Esta «disminución de la velocidad» reduce la producción, pero permite que los ribosomas tengan más tiempo para autorepararse.

«El ribosoma es una máquina muy compleja, algo así como tu coche, y periódicamente necesita mantenimiento para reemplazar las partes que se gastan más rápidamente«, dijo John Price, profesor de bioquímica en la Universidad Brigham Young y autor principal del trabajo. «Cuando las llantas se desgastan, no desechas el auto completo y compras uno nuevo. Es más barato reemplazar los neumáticos«.

La clave está en las calorías

Entonces, ¿qué causa que la producción de ribosomas se ralentice en primer lugar? Al menos para los ratones con los que experimentaron los científicos: una reducción en el consumo de calorías.

Price y sus colegas observaron dos grupos de ratones. Un grupo tuvo acceso ilimitado a comida, mientras que el otro tuvo alimento restringido para que consumiera 35 por ciento menos calorías, sin que dejara de recibir todos los nutrientes necesarios para sobrevivir.

«Cuando se restringe el consumo de calorías, hay casi un aumento lineal en la esperanza de vida«, dijo Price. «Inferimos que la restricción causó cambios bioquímicos reales que ralentizaron la tasa de envejecimiento«.

El equipo de Price no es el primero en establecer una conexión entre cortar las calorías y la esperanza de vida, pero sí es el primero en demostrar que la síntesis general de proteínas se hace más lenta y en reconocer el papel del ribosoma para facilitar tales cambios bioquímicos, capaces de alargar la vida.

«Los ratones con restricciones calóricas tienen más energía y sufren menos enfermedades«, apuntó Price. «Y no es sólo que están viviendo más tiempo, sino que además son mejores manteniendo sus cuerpos; también se mantienen jóvenes durante más tiempo«.

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Importancia de los ribosomas

Los ribosomas, al igual que los coches, son caros e importantes. Esto porque usan del 10 al 20 por ciento de la energía total celular para construir todas las proteínas necesarias para que la célula opere. Por lo anterior, no es práctico destruir un ribosoma entero cuando comienza a funcionar incorrectamente. Más bien, la reparación de partes individuales de los ribosomas sobre una base regular permite que éstos continúen produciendo proteínas de alta calidad por más tiempo. A su vez, esta producción de alta calidad mantiene a las células, y a todo el cuerpo, funcionando bien.

Lo que la gente debe hacer

Pese a la relación observada en este estudio entre consumir menos calorías y una mayor esperanza de vida, Price aseguró que la gente no debería empezar a contar las calorías y esperar permanecer jóvenes por siempre. La restricción de calorías no ha sido probada en seres humanos como una estrategia antienvejecimiento, y el mensaje principal es comprender la importancia de cuidar de nuestros cuerpos.

«La comida no es sólo material para ser quemado, es una señal que le dice a nuestro cuerpo y células cómo responder«, enfatizó Price. «Estamos descifrando los mecanismos del envejecimiento, que pueden ayudarnos a tomar decisiones más culta sobre lo que comemos«.

 

Vía: Brigham Young University