Muchas personas prefieren obtener fibra directamente de las frutas y las verduras, mientras que otras optan por el uso diario de suplementos. Si bien no existe evidencia de que el uso de suplementos de fibra sea dañino, lo natural siempre suele ser lo mejor. 

La fibra, junto con la ingesta adecuada de líquidos, es un nutriente que se mueve rápida y relativamente fácil a través del tracto digestivo, ayudando a que funcione correctamente. Una dieta alta en fibra puede ser clave para reducir el riesgo de desarrollar obesidad, enfermedades cardíacas y diabetes.

A decir de especialistas, la fibra aporta diversos beneficios para la salud, como la normalización de la función intestinal y la prevención del estreñimiento. 

Por esta razón, es mejor obtener la fibra de los alimentos, ya que los suplementos no proporcionan las vitaminas, los minerales y otros nutrientes que sí brindan los productos naturales ricos en fibra.

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¿Cuáles son los riesgos de consumir suplementos de fibra?

Aunque los suplementos de fibra pueden contribuir a la ingesta diaria recomendada, también aumentan el riesgo de:

  1. Distensión abdominal.
  2. Gases, especialmente al comenzar a utilizarlos. 
  3. Disminución de la absorción de ciertos medicamentos.

De igual forma, el consumo de suplementos de fibra puede reducir los niveles de azúcar en la sangre, lo cual puede requerir un ajuste de tus medicamentos o insulina —en caso de tener diabetes—.

Así que ya lo sabes, si planeas tomar suplementos de fibra, habla con un profesional de la salud. Las mujeres deben tratar de comer por lo menos de 21 a 25 gramos de fibra al día, mientras que los hombres deben tratar de comer de 30 a 38 gramos al día.

Por lo general, los alimentos integrales son mejores que los suplementos de fibra. Otra manera de obtener más fibra es comer alimentos, como cereales, barras de granola y yogur con fibra agregada. 

Comienza con cantidades pequeñas para minimizar los problemas con los gases y asegúrate de tomar mucho líquido todos los días.

 

Fuente: Mayo Clinic