,

cafeínaSi nos preguntamos cuántos padres ofrecen a sus hijos una taza de café al día, seguramente deduzcamos que el índice de estos casos es bajo. Sin embargo, eso no significa que los niños estén exentos de consumir cafeína de manera frecuente.

La cafeína es una sustancia producida de forma natural en las hojas y semillas de muchas plantas, de igual manera, puede crearse de forma artificial y añadirse en algunos alimentos.

Como estimulante, sacude el sistema nervioso central, originando mayor energía. Sus efectos golpean tanto a adultos como a niños. El exceso en su consumo provoca, entre otros efectos:

• Inquietud y nerviosismo.
• Molestias estomacales.
• Dolores de cabeza.
• Dificultad para concentrarse.
• Dificultad para conciliar el sueño.
• Aceleración del ritmo cardíaco.
• Incremento de la tensión arterial.

Ante estos factores, el universo infantil reacciona de manera peculiar. Te contamos algunos motivos por los que debes reducir el consumo de este ingrediente en tus hijos.

1. Obesidad. Los niños aman todo lo que contenga azúcar, como los refrescos. Aquellos que consuman una o más bebidas azucaradas al día (355 mililitros) tienen 60% más probabilidades de padecer sobrepeso.

2. Desnutrición. Las calorías que contienen este tipo de bebidas no proporcionan ningún nutriente. Los niños que beben demasiados refrescos con cafeína no reciben el calcio necesario y sufren deficiencias nutricionales.

3. Caries. Debido al alto contenido de azúcares, y a la erosión del esmalte dental provocada por su acidez, es común el daño en la dentadura de los infantes.

4. Deshidratación. La cafeína es un diurético que provoca la eliminación de agua a través de la orina. Esto depende de la cantidad de cafeína consumida al día y de otros factores.

5. Síntomas de abstinencia. Detener el consumo de cafeína puede desencadenar síntomas de abstinencia, como dolores de cabeza, molestias musculares, depresión temporal e irritabilidad. Sobre todo si se ingieren grandes cantidades.

 

Vía: Kids Health, Mayo Clinic