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Los sándwiches son el almuerzo favorito de chicos y grandes. Y no es para menos, además de ser fáciles de preparar, puedes comerlos en cualquier momento y lugar. Desafortunadamente, no todos los emparedados son realmente buenos para ti. Es decir, cuando los compras, no tienes control sobre sus ingredientes; y si los preparas, pueden cargarse de calorías, grasa y sodio si no tienes cuidado.

Amy Keating, experta en nutrición de Consumer Reports, recomienda tomar en cuenta lo siguiente.

1. Pan integral. El pan elaborado con cereales integrales es más nutritivo que el blanco. Además, contiene poca grasa y no tiene colesterol; es rico en vitaminas —B1, B3 y B6—; y aporta minerales, como zinc, magnesio, potasio y fósforo. Busca panes con menos de 150 calorías por porción. Un sándwich saludable no debe tener más de 400 calorías.

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2. Condimentos. La mayonesa y la mostaza brindan un buen sabor, pero pueden contener calorías y sodio, sin olvidar que ofrecen poco en cuanto a nutrientes saludables. Utiliza guacamole como aderezo, así agregarás ácido fólico, vitaminas B6, C, E y K, fibra y grasas saludables.

3. Grasas saludables. Los embutidos están cargados de sodio, así como de nitratos y nitritos, conservadores que se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer. En lugar de comprar este tipo de productos, usa las sobras proteínicas de tus comidas, como salmón, carnes o pollo.

4. Queso. Un par de rebanadas puede afectar seriamente la asignación diaria de calorías, grasas y sodio. Si no puedes renunciar al queso por completo, reduce la cantidad que usas. Puedes considerar omitir la carne y el queso algunos días. ¡Existen muchos otros ingredientes!

5. Verduras. En lugar de papas fritas, elige un complemento de frutas o vegetales, como zanahorias en rodajas, pimientos, pepinos o una manzana. Si estás buscando algo cálido, prueba medio sándwich y un tazón de sopa casera.

 

Vía: Consumer Reports