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Tras varias horas de clases, los niños suelen llegar a casa con un apetito voraz, ¿cómo asegurarse de que disfrutan un aperitivo saludable dejando espacio para la cena? Primero, hay que considerar que los niños necesitan bocadillos con menor frecuencia conforme crecen. Dependiendo de la edad y la rutina es el grado de hambre que presentarán.

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Sigue estos tres consejos y evita que consuman productos chatarra.

1. Ten en cuenta sus horarios de comida

Algunos niños pueden tener un refrigerio a media mañana, pero aquellos en edad escolar no siempre tienen esa oportunidad. Piensa: ¿Cuándo es su hora de comer?, ¿qué y cuánto es lo que comen en el almuerzo?, ¿alguna vez se saltan el almuerzo?, ¿en la escuela sirven aperitivos? Todo esto te ayudará a encontrar la manera de preparar los alimentos que requieren después de clases.

2. Crea una lista de opciones saludables

Habla con tus hijos sobre qué bocadillos les gustaría tener a la hora del aperitivo. Asegúrate de incluir gran variedad de frutas y verduras frescas. Recuerda que una rebanada de pastel, o unas papas fritas, no deben ser alimentos prohibidos, pero tales aperitivos —bajos en nutrientes— no deben estar en el menú todos los días.

3. Haz que tus hijos participen en la preparación

Los niños son más propensos a comer lo que es práctico, no esperes que preparen platillos complicados. Hacer bocadillos saludables y de fácil acceso les ayudará a mejorar su alimentación. Considera que a los niños más grandes les gusta, a menudo, hacer sus propios bocadillos. Proporciónales los ingredientes, así como instrucciones simples.

Recuerda que mejorar la alimentación de los pequeños del hogar está en tu poder. Si tienes dudas al respecto, visita a un especialista en nutrición.

 

Vía: Kids Health