La adolescencia no es, ni de cerca, una etapa tranquila y fácil de vivir. Se caracteriza principalmente por una serie de cambios (físicos y mentales) que pueden resultar abrumadores para la mayoría de los jóvenes, hecho que, entre otros factores, puede afectar la salud mental de los adolescentes que viven en grandes ciudades, según un reciente estudio.

De acuerdo con la investigación, llevada a cabo en Inglaterra y Gales, en Reino Unido, la vida citadina puede pasar factura a la salud mental de los adolescentes, aumentando su riesgo de tener experiencias psicóticas (como escuchar voces y sentirse extremadamente paranoicos).

Según los resultados de la investigación, que aparece publicada en la revista especializada Schizophrenia Bulletin, los jóvenes mayores de 12 años de edad que crecieron en ciudades grandes, presentan 40% más probabilidades de reportar experiencias psicóticas que los adolescentes que crecieron en áreas rurales.

De acuerdo con Helen Fisher, una de las autoras principales del estudio y profesional del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College de Londres, en Inglaterra, “estos hallazgos enfatizan la importancia de las estrategias preventivas tempranas para la reducción del riesgo de psicosis”.

La especialista expuso que “si intervenimos lo suficientemente temprano (por ejemplo, al ofrecerles —a los adolescentes— tratamientos psicológicos y respaldo que les ayuden a afrontar mejor sus experiencias estresantes) podríamos reducir el riesgo de desarrollar psicosis u otros problemas de salud mental en el futuro”.

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Los investigadores explicaron que las razones probables de que los adolescentes citadinos tengan un riesgo más alto de psicosis incluyen una respuesta biológica al estrés, misma que puede afectar los niveles de dopamina del cerebro. La dopamina —que es un mensaje químico del sistema nervioso central— en exceso es un factor de las enfermedades psicóticas, como la esquizofrenia, destaca la investigación.

Cerca del 70% de los adultos que padecen problemas de salud mental aseguran haber experimentado las primeras señales durante la adolescencia, indicaron los autores del estudio, un motivo más que crucial para tomar en cuenta los hallazgos obtenidos.

“A medida que hay cada vez más personas jóvenes en todo el mundo que viven en ciudades, hay una necesidad creciente de mejorar nuestra comprensión de cómo las características construidas y sociales de los entornos urbanos respaldan y suponen un desafío para la salud mental de los jóvenes”, expuso Candice Odgers, la otra autora principal del estudio y profesora en la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos.

Si vives en una ciudad y tienes hijos adolescentes, asegúrate de mantener una comunicación abierta con ellos, observa y mantente al pendiente de sus comportamientos, con el objetivo de que sepas si en algún momento comienzan a experimentar cambios que ameriten hablar con ellos o, en su defecto, consultar a un especialista.

 

Vía: Health Day News