El cuerpo se ve afectado, positiva y negativamente, por lo que comemos. Así, el consumo de alimentos procesados, con grasa o demasiada azúcar, puede dañar el rendimiento del organismo, principalmente cuando se cae en el sedentarismo y no se lleva un estilo de vida activo.
La relación entre la comida y el estado de ánimo se ha estudiado en numerosas ocasiones. La idea es saber si ciertos alimentos naturales, ricos en vitaminas u otros nutrientes, pueden ayudar a las personas con problemas de depresión, así como conocer aquellos productos que realmente hacen la diferencia en el estado de ánimo de una persona.
Aunque existe poca evidencia, algunos alimentos se han vinculado con el bienestar emocional. Estos deben ser ricos en ácidos grasos Omega-3, ácido fólico, vitamina D y vitamina B-12. En este sentido, una buena opción sería la dieta mediterránea, la cual incorpora alimentos con alto contenido en nutrientes, como pescado, granos y cereales integrales, frutas y verduras, entre otros.
¿Por qué nos afecta comer mal?
De acuerdo con estudios científicos, las personas que llevan una dieta poco saludable son más propensas a sufrir síntomas de depresión. Pese a ello, es importante aclarar que los cambios en la dieta no sustituyen un tratamiento profesional para problemas de salud mental.
Por otra parte, están los trastornos de la alimentación, los cuales se ligan fuertemente con el estado anímico de las personas que los padecen. En este tipo de casos, se utiliza la comida y el control de ésta para compensar sentimientos y emociones que de otra manera son percibidos como insoportables.
Los factores psicológicos que contribuyen son: la baja autoestima, los sentimientos de insuficiencia o falta de control, la ansiedad, el enojo y la depresión misma —que podría surgir a falta de ciertos nutrientes, según algunas investigaciones—.
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Como podemos ver, la salud mental está sumamente ligada a los hábitos alimenticios. Sin importar en cuál de los dos polos inicie el problema, es importante tratarlo con especialistas en el tema; sin dejar de lado los hábitos saludables, los cuales pueden mejorar, considerablemente, la salud en general.
Vía: FamilyDoctor.org/ Medline Plus
