La ansiedad suele ser un estado poco gratificante, ya que presenta síntomas que dificultan poder reaccionar adecuadamente ante una situación. Es una sensación bastante común que la gran mayoría de las personas hemos experimentado. No obstante, existen casos donde esta sensación se desborda y es entonces cuando sucede una crisis de ansiedad.

Estos ataques corresponden a una reacción de ansiedad muy intensa, la cual está acompañada de la sensación de falta de capacidad para controlarnos, e incluso la convicción de que se puede llegar a morir en ese preciso momento.

Especialistas en salud describen que las crisis de ansiedad aparecen de golpe, y alcanzan su pico máximo en los primeros 10 minutos. Durante este periodo de tiempo, la persona afectada puede llegar a presentar por lo menos cuatro o más de los siguientes síntomas:

-Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
-Sudoración.
-Temblores o sacudidas corporales.
-Sensación de ahogo o falta de aire.
-Sensación de atragantarse.
-Opresión o malestar en el pecho.
-Náuseas o molestias abdominales.
-Inestabilidad, mareo o desmayo.
-Extrañeza o despersonalización.
-Miedo a perder el control sobre sí mismo.
-Miedo a morir.
-Escalofríos o sofocos (bochornos).

Conoce más: Técnicas de relajación para superar momentos de crisis

De acuerdo con José Carlos Baeza Villarroel, psicólogo de la Clínica de la Ansiedad de Barcelona, en España, existen tres factores que provocan la aparición de una crisis de ansiedad:

1 Factores predisposicionales.- Obedecen principalmente a predisposición genética. “Hay personas que cuentan con un sistema de alerta más sensible y más complejo de desactivar una vez disparado. Son personas que se encuentran regularmente en una especie de prealerta que condiciona su disposición hacia el miedo”, detalló.

2 Factores desencadenantes.- Son los acontecimientos que llegamos a vivir y conllevan consecuencias graves, o exigen importantes esfuerzos. “Vienen de la posible obstaculización o entorpecimiento de planes, deseos o necesidades aún en desarrollo, cuya consecución es para nosotros importante o necesaria. La superación de un examen para acceder a un puesto de trabajo, por ejemplo”, indicó el psicólogo.

3 Factores de mantenimiento.- Estos se dan cuando los problemas que detonaron la ansiedad no se resuelven satisfactoriamente, o bien cuando la ansiedad alcanza límites de trastorno.

¿Cómo se debe actuar durante estas crisis?

El especialista explicó que si las crisis son graves, se necesita un tratamiento médico, prescrito por un profesional de la salud mental. Pero si son leves, estas pueden controlarse con la respiración: respirar profundo e inhalar el aire de modo lento (hacerlo rápido solamente aumentará la crisis), concentrarse en una lectura, paisaje o conversación que nos permitan minimizar los síntomas. Además, se debe evitar tomar café o estimulantes, como el alcohol, pues esto sólo aumenta el riesgo de sufrir un ataque de pánico.

 

Vía: Sociedad Española para el estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS)