Una adenoidectomía es una cirugía que permite extirpar las adenoides. Recordemos que las adenoides son un parche de tejido que se ubica en la parte alta de la garganta, justo detrás de la nariz. Junto con las amígdalas, forman parte del sistema linfático, el cual elimina las infecciones y mantiene equilibrados los fluidos corporales. Las adenoides y las amígdalas atrapan gérmenes que entran por la boca y la nariz.

Las adenoides comienzan a reducir su tamaño después de los cinco años de edad. Durante la adolescencia, desaparecen casi por completo. Para entonces, el cuerpo desarrolla otras maneras de combatir los gérmenes.

Volviendo a la adenoidectomía, es posible que un niño la requiera si:

  • Tiene infecciones repetidas de las adenoides, las cuales se pueden manifestar como infección de la garganta o infecciones de oído y acumulación de líquido en el oído medio.
  • Padece infecciones bacterianas y los antibióticos no están surtiendo efecto.
  • Posee adenoides hipertróficas (adenoides agrandadas al nacer, que se hincharon mientras luchaban contra una infección o que quedaron hinchadas después de que se curara la infección), las cuales bloquean las vías respiratorias.

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Si el niño también tiene problemas con sus amígdalas, probablemente deba someterse una amigdalectomía (extirpación de las amígdalas) al mismo tiempo que le extirpen las adenoides.

Una vez concluida la cirugía, el niño generalmente se va a casa ese mismo día. Quizás tendrá algo de dolor en la garganta, mal aliento y secreción de la nariz, y le tomará varios días sentirse mejor.

 

Vía: Medline Plus