Cuando comienza un infarto o ataque cardíaco, el tiempo que pasa hasta que se elimina la obstrucción en una arteria coronaria es fundamental para prevenir más daños al corazón, así lo advierte un nuevo estudio publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Interventions.

La cantidad de daño está directamente relacionada con el tiempo que transcurre desde el inicio de un ataque cardíaco hasta que los pacientes reciben un procedimiento de limpieza de arterias llamado intervención coronaria percutánea o angioplastia. El mayor obstáculo para recibir un tratamiento rápido es demorar antes de que los pacientes llamen a la ambulancia, señalaron los investigadores.

«Durante varias décadas, a los cardiólogos se les ha enseñado que ‘el tiempo es músculo’, lo que significa que cuanto más tiempo se tarda en reabrir la arteria bloqueada, mayor es la extensión del daño al músculo cardíaco y mayor es el riesgo de muerte, detalló el doctor Gregg Stone, profesor de cardiología en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, en Nueva York, y autor líder del estudio.

Los dos componentes del «tiempo» son el período que tarda un paciente en llegar al hospital después de que comienzan los síntomas y el tiempo que tarda el médico en hacer un diagnóstico y transferir al paciente al laboratorio de cateterismo cardíaco para abrir la arteria, indicó Stone.

En la angioplastia, se introduce un tubo delgado a través de un vaso sanguíneo hasta el sitio del bloqueo. El tubo posee un pequeño globo al final, que el médico infla para ensanchar la arteria y restaurar el flujo sanguíneo. Después, se inserta un stent para mantener la arteria abierta.

El equipo de Stone descubrió que el tiempo total desde el síntoma hasta el tiempo de introducción del globo (puerta) se relacionó con el tamaño del ataque cardíaco, la muerte y la insuficiencia cardíaca.

«Las implicaciones son que, dados los tiempos breves entre la puerta e inflar el globo, los retrasos en la llegada al hospital son ahora un predictor mucho más importante del tamaño del ataque cardíaco y de los resultados clínicos adversos», apuntó.

La mayor parte del retraso se debe a que los pacientes no llamaron a una ambulancia lo suficientemente pronto, un problema que, según Stone, ha empeorado durante la pandemia de coronavirus.

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«Necesitamos redoblar nuestros esfuerzos para educar a los pacientes, a fin de que reconozcan los signos y síntomas de un ataque cardíaco y puedan llamar al 911 antes para garantizar una llegada más rápida al hospital. Esto es especialmente importante en la era del COVID debido a que los pacientes tienen mayor reticencia a acudir a los hospitales, lo que ocasiona ataques cardíacos más grandes y mayores tasas de mortalidad e insuficiencia cardíaca», subrayó Stone.

Para el trabajo, los investigadores recopilaron datos de más de 3,100 pacientes con ataques cardíacos que se sometieron a angioplastias entre 2002 y 2011. Los pacientes fueron monitoreados durante un promedio de aproximadamente un año.

Cuanto más tiempo pasó desde el inicio de los síntomas hasta la reparación del daño, más aumentó el tamaño del ataque cardíaco, hallaron los autores.

Varios factores (edad avanzada, ser mujer, tener presión arterial alta o diabetes y un bloqueo en la arteria coronaria izquierda) se asociaron con un tiempo más largo para la angioplastia, encontró el estudio.

Por cada hora de retraso, el riesgo de muerte u hospitalización por insuficiencia cardíaca en un año aumentó un 11%.

El tiempo promedio entre el inicio de los síntomas y el tratamiento fue de 185 minutos, refirieron los autores.

Por su parte, el doctor Gregg Fonarow, jefe interino de la división de cardiología de la Universidad de California en Los Ángeles, quien es ajeno al estudio y revisó los resultados, dijo que este y otros trabajos previos resaltan la necesidad crítica de no demorar la búsqueda de atención médica inmediata para los síntomas que advierten sobre un ataque cardíaco.

«El tiempo desde el inicio de los síntomas hasta el tratamiento es un determinante crítico de los resultados clínicos en pacientes con ataque cardíaco y evento vascular cerebral (EVC)», dijo Fonarow.

«Sigue siendo fundamental que hombres y mujeres llamen al 911 ante el primer síntoma o signo potencial de un infarto o EVC», aconsejó.

 

Vía: Health Day News