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De acuerdo con un grupo de expertos, el temor al COVID-19 está evitando que algunas personas obtengan ayuda médica para afecciones críticas como el derrame cerebral y los ataques cardíacos.

Durante los primeros meses de la pandemia, especialistas del Centro Médico Hershey del Sistema de Salud de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State), en Estados Unidos, observaron una disminución del 50% en el número de pacientes que acudieron a la sala de emergencias por enfermedades graves.

Aunque estos números comienzan a aumentar, los pacientes deben comprender que los hospitales brindan atención segura y que el tratamiento rápido es esencial para prevenir la muerte y la discapacidad, subrayaron los médicos.

«Existe una gran preocupación sobre el COVID-19, y la gente debe preocuparse porque es muy grave, pero tiene 10 veces más probabilidades de morir de un ataque cardíaco no tratado que de esta nueva enfermedad», aseguró el doctor Chad Zack, cardiólogo intervencionista en el Instituto Cardíaco y Vascular de la cita universidad.

«Otras cosas que nos preocupan serían un paro cardíaco repentino en el hogar, síntomas de insuficiencia cardíaca a corto y largo plazo e incluso complicaciones tardías que pueden estar asociadas con la ruptura del músculo cardíaco o la enfermedad cardíaca valvular de inicio agudo», añadió el experto.

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Los síntomas clásicos de un ataque cardíaco incluyen dolor y opresión en el pecho, así como dolores que comienzan en el pecho o los brazos y se irradian hacia el cuello o la mandíbula. Algunas personas pueden experimentar náuseas, dolor abdominal o incluso falta de aliento.

«Si experimentas alguno de estos síntomas, especialmente si tienes antecedentes de enfermedad cardíaca, llama al 911 o número de emergencia local para que te atiendan de inmediato, sobre todo si los síntomas persisten durante más de 15 minutos», aconsejó Zack.

Con el derrame cerebral, la atención médica rápida también es crítica, destacó Ray Reichwein, neurólogo y codirector del Centro para Infarto Cerebral de Penn State.

«Varias personas que desarrollan síntomas leves pueden creer que lo van a soportar en casa. Resulta que las personas que sufren un mini evento vascular cerebral (EVC) o un infarto cerebral leve tienen una probabilidad mucho mayor de sufrir otro EVC en los próximos 90 días», advirtió Reichwein.

«Animo a todos a revisarse y a determinar por qué sucedió el EVC, incluso con síntomas leves, para que cambien el manejo y no terminen con un derrame cerebral posterior e incapacitante», agregó el médico.

Los hospitales están trabajando arduamente para proteger a los pacientes y al personal del coronavirus. Cuando los pacientes llegan a la mayoría de los hospitales, se les examina para detectar síntomas de COVID-19 y se les aísla si los tienen. Esto significa que es poco probable que entres en contacto con alguien que tenga el virus.

 

Vía: Health Day News