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adultos-mayores-bailandoEl 28 de octubre fue publicado un estudio en la Revista Británica de Medicina Deportiva en el que se demuestra la importancia de la actividad física rutinaria del día a día para mantener la salud cardiovascular y la longevidad. Realizado por investigadores de la Escuela Sueca de Deporte y Salud y del Instituto Karolinska de Estocolmo, este trabajo logró encontrar un vínculo entre una vida con actividad física diaria, independientemente si se realiza regularmente ejercicio o no, y una mejor salud del corazón y más longevidad en adultos mayores.

Entre las actividades que resultan útiles, señala el estudio, está la jardinería y el mantenimiento del hogar, así como proyectos de “hágalo usted mismo”, estas podrían tener un efecto tan efectivo como el ejercicio formal en términos de reducir riesgos de ataque cardíaco y accidentes cerebrovasculares, señalan los científicos suecos. La disminución del riesgo, en personas mayores a los 60 años, podría ser de hasta un 30% y también se observó una mayor longevidad en aquellas personas que diariamente se mantenían ocupadas con actividades del día a día.

“Los resultados de este estudio muestran que las actividades de la vida diaria son tan importantes como el ejercicio regular e intencional para mantener la salud cardiovascular y la longevidad en los adultos mayores”, señala Elin Ekblom-Bak, de la Escuela Sueca de Deporte y Salud y del Instituto Karolinska de Estocolmo, autora principal del estudio.

Los datos obtenidos, explica Ekblom-Bak, no significan que el ejercicio formal no sea importante, “observamos que aquellos que se ejercitan con regularidad y también tienen una vida diaria activa tiene menores riesgos que el resto”. En este sentido, agregó la doctora, el ejercicio formal solamente representa una porción pequeña del día, lo que deja mucho tiempo disponible, ya sea para realizar otras actividades o para estar en inactividad.

En el estudio participaron 3,800 hombres y mujeres que nacieron entre 1937 y 1938. A estas personas se les preguntó sobre su estilo de vida, incluyendo su dieta, si eran fumadores o si bebían alcohol. También se les cuestionó sobre su tasa de actividad física.

A los participantes también se les preguntó que tan frecuente realizaban actividades como jardinería, proyectos de “hágalo usted mismo”, mantenimiento automotriz, etcétera. Se valoró la cantidad de ejercicio que realizaban, así como la salud de su corazón y se tomaron pruebas para medir niveles de grasa, azúcar y factor de coagulación.

Durante los siguientes 12 años 476 de los participantes tuvieron o fallecieron por un primera ataque cardíaco o evento vascular, 383 más murieron por otras causas. Se encontró que entre las personas que mantenían una actividad diaria más intensa y se mantenían en movimiento, el riesgo de infarto o evento vascular disminuyó en un 27 por ciento y el riesgo de morir por alguna otra causa en 30 por ciento, comparado con las personas que pasaban más tiempo inactivos.

Ekblom-Bak destaca que estos descubrimientos son particularmente importantes para los adultos mayores, “debido a que las personas en este grupo de edad tienden, comparados con otros grupos, a pasar relativamente una mayor parte de su tiempo realizando actividad física no relacionada con el ejercicio, mientras que frecuentemente encuentran mayor dificultad en realizar ejercicios con cierta intensidad que son recomendables”. Por ello, señala la investigadora, es importante promover un estilo de vida activo entre los adultos mayores.

Vía Revista Británica de Medicina Deportiva