El sobrealcance es un estado de entrenamiento intenso en donde no se deja al cuerpo descansar, teniendo como consecuencia inmediata el dolor muscular severo. Lo anterior puede derivar en un sobreentrenamiento, así como en una disminución en el rendimiento deportivo, según lo indica el Consejo Americano sobre el Ejercicio.

El sobrealcance ocurre gradualmente, lo que significa que tarda varias semanas o meses en desarrollarse. Por lo anterior, el consejo recomienda que te mantengas atento a cualquiera de los siguientes signos o síntomas, procurando tomarte unos días o algunas semanas de descanso si llegaran a presentarse:

  • Aumento de la frecuencia cardíaca en reposo (los atletas más experimentados pueden tener una frecuencia cardíaca en reposo por debajo de 60 latidos por minuto, y pueden llegar incluso a los 40 latidos por minuto).
  • Depresión o alteraciones del estado de ánimo.
  • Aumento en la incidencia de resfriados y gripe.
  • Lesiones por uso excesivo de un grupo de músculos.
  • Dolor muscular y articular.
  • Fatiga.
  • Insomnio.
  • Disminucion del apetito.
  • El estancamiento o empeoramiento de tu rendimiento no mejora con el descanso o al reducir tu entrenamiento.

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Consideraciones importantes

Durante los períodos de dolor muscular severo, la persona suele tener problemas de coordinación, menos absorción de impactos y un rango de movimiento más limitado. Si haces ejercicio mientras te encuentras muy adolorido(a), probablemente alterarás la mecánica de tu cuerpo al propiciarle más estrés en los ligamentos y tendones y, por lo tanto, aumentarás tu riesgo de lesiones.

Por ello, los especialistas recomiendan el descanso para permitir que tu cuerpo se recupere. También debes acudir con un profesional médico si es necesario.

Sin embargo, si solo estás ligeramente adolorido(a), continuar practicando ejercicio puede brindarte alivio, pero ten en cuenta que es una solución temporal. Así que mejor ve poco a poco, realizando ejercicios de resistencia ligera (como ejercicios de estabilización del núcleo corporal —que incluye a los músculos abdominales, lumbares, de la pelvis, los glúteos y la musculatura profunda de la columna—). También es recomendable practicar ejercicios de cardio de baja intensidad (como caminar). Finalmente, enfócate en ejercitar músculos distintos a los que te están causando dolor.

 

Vía: American Council on Exercise