Si bien una siesta no puede reemplazar una buena noche de sueño, sí es capaz de ofrecerte una recarga rápida en medio de un día ajetreado.
La Fundación Nacional del Sueño (NSF) de Estados Unidos señala que una siesta no debería durar más de 30 minutos, para evitar una sensación de «atontamiento» cuando te levantes.
Entonces, ¿dónde puedes escabullirte para obtener los beneficios de estos invaluables minutos de sueño? La NSF te sugiere los siguientes lugares o «escondites» potenciales:
1. En casa
Considera usar cortinas oscuras y una máquina de ruido blanco para que tu habitación esté lo más oscura y menos molesta posible.
2. Entre clases
Muchas escuelas ofrecen áreas tranquilas que se pueden usar para «recargar pila» durante el tiempo libre.
3. Al aire libre
El aire fresco es ideal para dormir una siesta.
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4. En el trabajo
Si tienes una oficina con puerta, ese es el lugar adecuado para dormir tu siesta. Para aquellos que trabajan en un cubículo, piensen en utilizar una sala de conferencias (que obviamente esté desocupada).
5. En el gimnasio
Muchos gimnasios tienen sillas cómodas que pueden ser ideales para dormir la siesta.
Más del 85% de las especies de mamíferos son «durmientes polifásicos», lo que significa que duermen durante períodos cortos a lo largo del día. Los seres humanos son parte de la minoría de «durmientes monofásicos», lo que significa que nuestros días se dividen en dos períodos distintos, uno para el sueño y otro para la vigilia. Sin embargo, no está claro que este sea el patrón de sueño natural de los humanos. Los niños pequeños y los ancianos, por ejemplo, duermen siestas de manera frecuente y durante las horas de luz. Asimismo, la siesta es un aspecto muy importante de muchas culturas.
Si bien «echar la pestaña» como decimos en México no compensa necesariamente el sueño nocturno inadecuado o de mala calidad, está comprobado que una breve siesta de 20-30 minutos puede ayudar a mejorar el estado de ánimo, el estado de alerta y el rendimiento.
Así que date una escapada y ¡duérmete un ratito!
