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Las sesiones de ejercicio breves y frecuentes brindan mejores beneficios para los vasos sanguíneos de los pacientes con diabetes, en comparación con los entrenamientos de larga duración y menos frecuentes, lo que a su vez reduce el riesgo de enfermedad cardíaca, así lo reveló un nuevo estudio publicado en la revista American Journal of Physiology-Heart and Circulatory Physiology.

Las personas con diabetes tipo 2 poseen un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y una función vascular (vasos sanguíneos) reducida, señalaron los autores. La medición de la función vascular suele usarse para determinar el riesgo de enfermedad del corazón.

Otros estudios han demostrado que pasar menos tiempo sentado y hacer más ejercicio reduce el riesgo de enfermedad cardíaca en todas las personas, no solo en aquellas con diabetes.

Sin embargo, con «las tecnologías que avanzan rápidamente en los lugares de trabajo, el transporte y el entretenimiento en el hogar, existen menos oportunidades para realizar actividades incidentales, lo que crea muchos contextos de la vida diaria que conducen a permanecer sentados durante mucho tiempo», indicó el estudio.

Frances Taylor, candidata a doctorado en ciencias del ejercicio y del deporte en la Universidad Católica Australiana, en Melbourne, estuvo a cargo de la investigación. Ella y su equipo compararon cómo respondían el flujo sanguíneo y la dilatación de los vasos sanguíneos en adultos con obesidad y diabetes tipo 2 a sesiones de ejercicio más cortas, más frecuentes o más largas y menos frecuentes.

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En una prueba, los participantes se sentaron durante ocho horas sin tomar ningún descanso para practicar ejercicio. En una segunda prueba, tomaron descansos de estar sentados haciendo tres minutos de ejercicios que incluyeron sentadillas, levantamientos de piernas y elevaciones de pantorrillas cada 30 minutos. En una tercera prueba, tomaron descansos del ejercicio de seis minutos cada hora.

En comparación con estar sentado ininterrumpidamente, la función de los vasos sanguíneos tendió a mejorar con ambos enfoques de ejercicio, pero mejoró de forma más significativa con la rutina de ejercicios que debía hacerse cada 30 minutos, descubrió el estudio.

Los resultados sugieren que la frecuencia en la interrupción de la actividad puede ser más importante que su duración, destacaron los investigadores.

Debido a que la función de los vasos sanguíneos se deteriora conforme avanza la diabetes tipo 2, es posible que se necesiten interrupciones más frecuentes para preservar el flujo sanguíneo hacia las piernas cuando una persona permanece sentada, reportaron los autores.

«Nuestros hallazgos sugieren que los descansos más frecuentes y más cortos pueden ser más beneficiosos que los descansos más largos y menos frecuentes para mejorar la función vascular en aquellos con diabetes tipo 2″, concluyeron los expertos.

 

Vía: Health Day News