De acuerdo con Michigan Medicine, el trastorno de ansiedad generalizada ocurre cuando te sientes preocupado(a) y estresado(a) por muchos eventos y actividades cotidianos. Generalmente, las cosas que te preocupan son pequeñas o no importantes. Este tipo de preocupación interrumpe tu vida la mayoría de los días. Todo el mundo se preocupa o se pone ansioso a veces. Pero las personas con trastorno de ansiedad generalizada experimentan más preocupaciones cotidianas que las normales.
Muchas personas que padecen el trastorno tienen síntomas físicos, como dolores de cabeza o cansancio todo el tiempo. Este suele ser tratado mediante medicamentos y/o terapia.
Cualquiera puede padecer un trastorno de ansiedad generalizada a cualquier edad, pero generalmente comienza cuando eres niño o adolescente. La mayoría de las personas con la afección se han sentido nerviosas o ansiosas desde que tienen memoria. Las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de desarrollar el problema.
Asimismo, muchas personas con trastorno de ansiedad generalizada sufren otros problemas como depresión, otras enfermedades relacionadas con la ansiedad (trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de pánico, trastorno de estrés postraumático o trastorno de ansiedad social), problemas de consumo de alcohol o trastorno de personalidad.
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Causas
Se desconoce la causa del trastorno de ansiedad generalizada. Algunos estudios muestran que podría transmitirse a través de la familia (transmisión genética).
Algunos problemas como el hipertiroidismo pueden provocar síntomas de ansiedad generalizada.
A esto se suma que ciertos medicamentos pueden causar preocupación y estrés o empeorar este último. Ejemplos de ellos incluyen las anfetaminas o consumir cafeína en exceso. Las drogas ilegales como la cocaína también pueden causar estos síntomas. Asegúrate de hablar con tu médico sobre cualquier medicamento que estés tomando.
Síntomas
Las personas que tienen un trastorno de ansiedad generalizada se preocupan y se estresan por muchas cosas casi todos los días. Les cuesta controlar su preocupación. Los adultos con este problema suelen preocuparse por el dinero, la familia, la salud o el trabajo. Los niños con el padecimiento a menudo se preocupan por lo bien que pueden realizar una actividad, como la escuela o los deportes.
También pueden manifestarse síntomas físicos, como por ejemplo:
- Sentirte cansado o irritable, o tener dificultad para concentrarte.
- Tener dolores de cabeza o dolores musculares.
- Sentir que no puedes relajarte o sobresaltarte fácilmente.
- Tener problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido(a).
Si deseas saber más sobe este trastorno y cómo tratarlo, consulta a un profesional de la salud mental.
