¿Sabías que tomar una pequeña siesta después de comer puede hacer que te sientas más descansado(a)? Además, también puede beneficiarte de otras maneras, así lo dio a conocer un pequeño estudio realizado en China y publicado en la revista General Psychiatry.

El trabajo sugiere que tomar siestas por la tarde, ya sea después del almuerzo o la comida y que duren entre cinco minutos y dos horas, puede ser bueno para la memoria y las habilidades de pensamiento.

Los investigadores sometieron a más de 2,200 adultos mayores a una serie de exámenes de salud que incluyeron análisis de sangre y evaluaciones cognitivas. Después, preguntaron a los participantes si tomaban siestas y con qué frecuencia. Aproximadamente 1,500 de los participantes tomaban siestas vespertinas.

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En comparación con las personas que no dormían siestas, las que sí lo hacían obtuvieron mejores resultados en las pruebas cognitivas, lo que les brindó mejores puntuaciones en la conciencia de la ubicación, la fluidez verbal y la memoria.

El estudio fue observacional, por lo que no puede probar que la siesta haya provocado mejores resultados en las pruebas cognitivas. Estudios anteriores han demostrado que los beneficios de tomar una siesta por la tarde disminuyen a medida que aumenta la edad y la duración de la siesta. Las siestas breves y frecuentes (menos de 30 minutos, cuatro veces por semana) se han asociado con menores riesgos de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Por el contrario, las personas que toman siestas largas (dos horas o más) parecen tener una peor función cognitiva, aunque todavía no está claro cuál es la causa y cuál el efecto.

 

Fuente: Harvard Medical School