El sueño es tan importante para mantener una buena salud como la dieta y el ejercicio. Dormir bien mejora el rendimiento cerebral, el estado de ánimo y la salud. Por el contrario, no tener la suficiente calidad de sueño aumenta el riesgo de muchas enfermedades y trastornos.

Entre los mitos más comunes sobre el sueño destacan los siguientes:

  1. Los adultos necesitan dormir menos a medida que envejecen. 

Falso. Los adultos mayores siguen necesitando la misma cantidad de sueño. Sin embargo, la calidad de sueño puede empeorar a medida que envejece. Los adultos mayores también son más propensos a tomar medicamentos que interfieren con el sueño.

  1. Es posible «ponerse al día» con el sueño luego de varios días sin dormir bien. 

Falso. «Si duerme mal una noche, tomar una siesta o dormir más la noche siguiente, puede beneficiarlo, Pero si duerme muy poco durante la semana, el fin de semana no es suficiente para ponerse al día. Ese no es un comportamiento saludable», mencionó Kenneth Wright, investigador del sueño en la Universidad de Colorado, Estados Unidos.

  1. Dormir mucho brinda un buen descanso y es mejor que dormir poco.

Falso. Dormir mucho no siempre es mejor. Los adultos que duermen más de nueve horas por noche —sin sentirse renovados—, pueden estar experimentando algún problema médico subyacente. Recordemos que todo exceso es dañino.

Trastornos del sueño

Algunas personas tienen afecciones que les impiden dormir lo suficiente, sin importar cuánto se esfuercen. Estos problemas se denominan trastornos del sueño.

El trastorno del sueño más común es el insomnio. Éste ocurre cuando una persona tiene repetidas dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido. Puede ser a corto plazo, donde las personas tienen dificultades para dormir durante algunas semanas o meses, o a largo plazo.

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La apnea del sueño es otro trastorno del sueño común. En la apnea del sueño, las vías respiratorias superiores se bloquean durante el sueño. Esto reduce o detiene el flujo de aire, lo que despierta a las personas durante la noche. 

Si tienes problemas para dormir, habla con un profesional de la salud. Es posible que te pidan que lleves un diario de sueño para hacer un seguimiento durante varias semanas. También pueden realizarte pruebas, incluidos estudios del sueño. 

 

Fuente: Institutos Nacionales de la Salud (NIH)