Aunque existen muchos tipos de trastornos de ansiedad (TA), varios estudios sugieren que la mayoría son impulsados ​​por procesos subyacentes similares. Las personas con tales trastornos tienden a sentirse fácilmente abrumadas por sus emociones, así como a tener reacciones particularmente negativas debido a esos sentimientos y situaciones desagradables, así lo señala la Asociación Estadounidense de Psicología.

Generalmente, las personas tratan de afrontar dichas reacciones negativas evitando situaciones o experiencias que les provocan ansiedad. Desafortunadamente, la evasión puede resultar contraproducente y, de hecho, alimentar la ansiedad.

Los psicólogos están capacitados para diagnosticar trastornos de ansiedad y enseñarles a sus pacientes formas más saludables y efectivas de enfrentarlos. Una forma de psicoterapia conocida como terapia cognitiva conductual (TCC) es muy eficaz para tratar los TA. Mediante este tipo de terapia, los psicólogos ayudan a los pacientes a identificar y manejar los factores que contribuyen a su ansiedad.

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Gracias al componente cognitivo de la terapia, las personas aprenden a comprender cómo sus pensamientos contribuyen al desarrollo de sus síntomas de ansiedad. Una vez que aprenden a cambiar esos patrones de pensamiento, pueden reducir la probabilidad y la intensidad de sus síntomas.

Con el componente conductual, los pacientes aprenden técnicas para reducir comportamientos no deseados asociados a los trastornos de ansiedad. En concreto, se alienta a los pacientes a abordar actividades y situaciones que provoquen ansiedad (como hablar en público o estar en un espacio cerrado) para que aprendan que los resultados a los que les temen (como perder el hilo de pensamiento o tener un ataque de pánico) son poco probables.

 

Fuente: American Psychological Association