Aunque la mayoría de los niños tienen un vocabulario extenso (alrededor de 13,000 palabras) cuando cumplen 6 años, tienen una capacidad limitada para comprender estructuras complicadas del lenguaje. De los 6 a los 10 años, los niños comienzan a pensar gradualmente de maneras más complejas. Este crecimiento les ayuda a comprender y utilizar los matices y sutilezas del lenguaje.

Los niños progresan gradualmente desde la comprensión de oraciones simples hasta la capacidad de interpretar contenido complicado dentro de un párrafo. Asimismo, pasan de escribir unas pocas palabras a la vez a componer historias e informes complejos. Sin embargo, las habilidades lingüísticas de este grupo de edad todavía están limitadas por el pensamiento concreto del «aquí y ahora». Por ello, aunque los niños en edad escolar entienden más de lo que pueden expresar, no comprenden mucho de lo que los adultos discuten con ellos. Por lo anterior, pídele a tu hijo(a) que repita lo que le has dicho. Esto te dará una idea de qué tanto comprende.

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Antes de los 9 años, la mayoría de los niños comprenden el lenguaje de manera muy literal. Se confunden con afirmaciones como «ella es tan fría como el hielo» y pueden pensar que significa que una persona es muy fría al tacto o que de alguna manera se parece a un hielo. Alrededor de los 10 años, los niños desarrollan una comprensión de múltiples significados y relaciones entre palabras. Empiezan a dar sentido a metáforas como «Laura saca chispas».

Los niños que poseen habilidades lingüísticas bien desarrolladas tienden a tener una mejor memoria y capacidad de atención. Esto les facilita el aprendizaje y los niños que tienen éxito en la escuela tienden a desarrollar una autoestima saludable. Además, los niños que tienen buenas habilidades lingüísticas suelen hacer amigos más fácilmente que los niños que tienen problemas para expresarse con palabras.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan Health